Hasta 23.600 agentes entre Policía Nacional y Guardia Civil se han desplegado desde el pasado jueves en carreteras y centros de distribución debido a la violenta deriva del paro indefinido de transportistas, que este lunes cumple justo una semana. Los agentes están centrados, según ha explicado el ministerio de Interior, en escoltar convoyes de camiones de suministros de productos básicos, patrullar y dotar de seguridad los centros logísticos y nodos de transporte de mercancías, así como en prevenir y actuar contra piquetes violentos.
Durante la noche de jueves al viernes, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado han asegurado la circulación de camiones en diferentes puntos del territorio.
Así, en el vídeo facilitado por el ministerio de Fernando Grande-Marlaska se observa cómo diversas furgonetas del Cuerpo Nacional de Policía escoltan la salida de camiones en el polígono La Isla, en Dos Hermanas (Sevilla).
Por su parte, la Guardia Civil también está movilizando efectivos para labores de protección y escolta al transporte de mercancías por carretera frente a la acción de los piquetes. En las últimas horas, agentes del cuerpo se han desplegado en Valverde del Río Alhama (La Rioja) para abrir el paso de los vehículos articulados y camiones detenidos por un piquete en la N-111.
Intervenciones del mismo tipo se han llevado con sendos convoyes de camiones en el puerto de Algeciras, así como en la A-45, en el término municipal de Benamejí (Córdoba), en el marco de las operaciones que realizan las fuerzas y cuerpos de seguridad para garantizar el transporte de mercancías en las carreteras españolas.
El despliegue de efectivos policiales es consecuencia de los incidentes violentos protagonizados en los últimos días por piquetes de transportistas de la Plataforma en defensa del transporte de mercancías, convocante de la protesta que no cuenta con el respaldo de las principales organizaciones del sector.
Tanto estas como cargadoras y operadoras logísticas han exigido la presencia policial para proteger los camiones y garantizar así la cadena de suministro, especialmente de productos básicos, que comienzan a escasear ya en algunos supermercados.