La Terminal Intermodal de Monzón ha cerrado el año pasado moviendo 1.100 trenes y casi 50.000 contenedores a pesar de la pandemia, lo que supone un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Según fuentes de TIM, el mayor volumen de producción de la fábrica barbastrense de Novapet, del mismo grupo aragonés Samca, y las exportaciones cárnicas de Litera Meat, la planta porcina abierta por Pini en Binéfar, explican este crecimiento.
Este último inauguró recientemente una nueva línea de negocio de contenedores refrigerados y hoy envía un tren al día al puerto de Barcelona cargado con productos cárnicos para el mercado asiático.
La suma de ambos clientes compensa con creces el descenso de la alfalfa, fruto de la subida de los costes de los fletes, y el revés que supuso en el primer trimestre los desvíos de los trenes por el cierre de la línea de Lleida tras las inundaciones.
La terminal de Monzón se ha consolidado como la tercera del país de capital privado, solo superada por las de Azuqueca y Coslada, en Madrid. La recuperación también se está haciendo notar en el primer trimestre del presente año, en el que se han movido 15.837 contenedores, casi un tercio de todos los contabilizados el año pasado.
Al impulso de los contenedores se suman las importaciones de cereales de la terminal de graneles AgroTIM, que en su primer año roza las 35.000 toneladas. Entradas con origen Tarragona entre 1.000 y 8.000 toneladas mensuales, acaban en fábricas de piensos que el grupo Jorge tiene en Sariñena y Mazana en Capella, además de los de Harinera de Villamayor que van a Plasencia del Monte.
“El reto es ahora lograr que parte de la soja que viaja ahora por carretera para la fabricación de piensos pase al ferrocarril”, señala la dirección de TIM, que reconoce que “el salto sería exponencial”, y obligaría a incrementar las instalaciones de almacenamiento para captar hasta 200.000 toneladas al año. La primera prueba se hizo con éxito el pasado otoño y supuso la descarga automática de un tren con 700 toneladas de harina de soja, procedente de Tarragona.
La colaboración es “más estrecha si cabe” con el puerto de Barcelona, que ya está diseñando las instalaciones necesarias para transbordar graneles agroalimentarios al ferrocarril con el fin de explotar esta línea de negocio.
El cuello de botella es la vía de Selgua, que cuenta con solo 410 metros y obliga a partir los trenes para acceder a las instalaciones. “De ahí la importancia de que uno de los diez apartaderos de 750 metros que va a financiar el puerto de Barcelona en las líneas de Lleida y Caspe se ubique en el acceso a Monzón”, añaden los responsables de la terminal.
Tim prevé invertir este año 1,5 millones en mejorar como la ampliación de la zona de espera de vehículos, la mejora del control de accesos, o su digitalización con lectores de matrículas y contenedores para ganar fluidez. Con la misma intención, se pondrá en marcha el depósito temporal aduanero ADT para el despacho de importaciones y exportaciones desde la terminal.
Las inversiones se completan con la adquisición de una quinta máquina portacontenedores y la ampliación de la zona de depósito de contenedores refrigerados, que contará con una tercera torre para 30 unidades.
