El Gobierno ha aprobado en el último día laborable del año la Estrategia Indicativa Ferroviaria 2021-2026, que recoge este viernes el BOE. La orden firmada por la ministra Raquel Sánchez supone la hoja de ruta para el desarrollo, mantenimiento y renovación de la infraestructura ferroviaria y establece el marco financiero y de prioridades para los próximos años. Según el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el objetivo es satisfacer las necesidades futuras de movilidad, la sostenibilidad del sistema y la consecución de un espacio ferroviario único europeo.
El plan contempla 24.200 millones de euros en inversiones hasta 2026 e incorpora “objetivos sociales, medioambientales y de eficiencia económica con la misma importancia que los funcionales y territoriales”.
El instrumento es el de mayor rango dentro de la planificación sectorial ferroviaria y constituye una “palanca fundamental” dentro de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, para adaptarla a los retos a los que se enfrenta el transporte.
Entre otros objetivos, la estrategia persigue potenciar el transporte de mercancías, los corredores europeos y la interoperabilidad, para crear un espacio ferroviario único en toda la UE. A su vez, busca corregir las carencias y desequilibrios de la red ferroviaria, donde coexisten infraestructuras muy modernas con otras relativamente obsoletas y tramos al límite de su capacidad con otros claramente infrautilizados.
En este sentido, la Estrategia Indicativa Ferroviaria establece ocho grandes objetivos estratégicos. En mercancías, se apuesta por la interoperabilidad nacional e internacional con el desarrollo de los corredores TEN-T y el impulso al transporte intermodal y el tráfico ferroviario de mercancías, poniendo en valor su sostenibilidad medioambiental, mejorando su productividad y desarrollando nuevas fórmulas de gestión y explotación.