El presidente de Port de Barcelona, Damià Calvet, ha realizado este viernes una encendida defensa del ferrocarril como instrumento para ganar eficiencia y reducir emisiones. En una conferencia organizada por el Cercle d‘Infraestructures de Catalunya, ahora presidido por el ex conseller Santi Vila, Calvet ha puesto sobre la mesa la capacidad del recinto catalán para trasvasar mercancía de la carretera al ferrocarril, equiparándose a los grandes puertos del norte de Europa.
“Buscamos soluciones competitivas de movilidad sostenible basadas en la intermodalidad y en corredores marítimo-ferroviarios, creemos que son la opción correcta”, ha asegurado el responsable de la APB, ante una concurrida asistencia, mayoritariamente formada por directivos de las principales terminales, operadores logísticos y representantes de la comunidad portuaria barcelonesa.
Sin embargo, Calvet ha apuntado dos factores que pueden poner en peligro este objetivo de hacer del tren de mercancías un aliado para la sostenibilidad del transporte. En primer lugar, la escalada de los precios de la electricidad, que ha encarecido el transporte ferroviario alrededor de un 25%, lo que ha favorecido a las locomotoras diésel en detrimento de las eléctricas (de cero emisiones). Y la segunda, la liberación de los peajes de las autopistas, que ha dado alas a la carretera.
Sobre la primera, Calvet ha reclamado al Gobierno la adopción de ayudas a la intermodalidad en forma de ecobonos, para impulsar los corredores marítimos y terrestres, “como están haciendo desde hace años otros países europeos”. Para mitigar el impacto de los precios de la energía, ha pedido al Estado que asuma el sobrecoste de la electricidad y no lo traslade a los operadores, de manera que “lo que tanto nos ha costado conseguir por un lado (subir mercancía al tren) no lo vayamos a perder por el otro”.
Primer nodo ferroviario de España
Calvet ha puesto en valor las cifras que sitúan al enclave catalán muy por encima de los demás puertos del sistema estatal en cuanto al uso del ferrocarril. Entre otras cosas, ha enfatizado que el corredor ferroviario entre Barcelona, Tarragona, Lleida, Zaragoza y Madrid es el primero de España en tráfico de mercancías, y que las terminales del puerto de Barcelona mueven más trenes que todas las ubicadas en el entorno de Madrid (Coslada, Abroñigal, Vicálvaro). “Pero necesitamos más cuota ferroviaria”, ha señalado, después de recordar que la infraestructura catalana está financiando mejoras en la red estatal, como los diez apartaderos para trenes de 750 metros en los que el puerto está invirtiendo 30 millones de euros.
En esta línea, ha apuntado aspectos en los que hay margen de mejora, como el tráfico transfronterizo (con Francia), el de corta distancia y el trasvase de carga sólida al ferrocarril. “En tráfico transfronterizo todavía no hemos podido desplegar todo nuestro potencial, no ha acabado de funcionar pese a los muchos proyectos planteados cargados de buenas intenciones”, de los que solo se han podido consolidar dos, uno de ellos la ruta en ancho internacional entre Stuttgart y Barcelona de DB Schenker para transporte de automóviles.
“Tenemos un plan estratégico con el que llegaremos al año 2040 convertidos en un hub logístico líder en Europa, un puerto smart al servicio de la comunidad”
También se ha referido a las nuevas terminales ferroviarias proyectadas en la zona sur del recinto, sobre el antiguo lecho del río Llobregat, que van a permitir a la infraestructura incrementar sus tráficos ferroviarios hasta los 400.000 contenedores anuales.
Junto a la intermodalidad, los esfuerzos por reducir el impacto ambiental de la actividad portuaria han centrado buena parte de su intervención. “Somos un agente de cambio y trabajamos por la efectiva descarbonización del sector logístico, marítimo y portuario. Tenemos que descarbonizar, hacer un puerto con más capacidad, más eficiente y más sostenible, sin ampliar ni un palmo nuestros límites físicos actuales”, ha asegurado Calvet.
Aquí ha puesto como ejemplo el plan estrella para electrificar los muelles, que permitirá eliminar unas 100.000 toneladas anuales de CO2. El Port puede generar en sus propias instalaciones hasta 90 MW de energía renovable, que se añadirá a la suministrada por la nueva subestación que REE levantará junto a la ronda litoral.
Calvet se ha referido también a la nueva regulación que prepara la UE sobre la inclusión del transporte marítimo en el mercado de los derechos de emisión y que puede acabar castigando a los puertos europeos fronterizos y, por extensión, a los demás. “Las fronteras de carbono no solo afectarán a los tráficos de transbordo sino también al import/export, no podemos ayudar a crear paraísos de carbono en países terceros, tenemos que ir hacia una descarbonización global”, ha sostenido.
Finalmente, sobre la oferta presentada por los terrenos de Nissan, ha revalidado la predisposición del puerto de Barcelona para dar nuevos usos al espacio dejado por el fabricante japonés para dedicarlo “parcial o totalmente” a logística, “una actividad que genera 1,4 puestos de trabajo por cada 100 metros cuadrados”, ha recordado.