Hace ahora diez años, el 23 de junio del año 2011, entraba en servicio el Centro de Gestión Ferroportuario del puerto de Barcelona. Su objetivo era gestionar desde un solo centro todos los movimientos ferroviarios que tienen lugar en su interior, desde la entrada y salida de convoyes del recinto portuario y las terminales, hasta la coordinación de las operativas o la asignación de slots.
Desde el centro se estableció un marco de relación “estable, transparente y fiable” con los diferentes actores implicados en las operativas ferroviarias: desde Adif, Ferrocarrils de la Generalitat y la autoridad portuaria, hasta las empresas logísticas, terminales portuarias y demás operadores.
Entre los principales hitos alcanzados destaca la ventanilla única, que ha facilitado la coordinación entre operadores ferroviarios y terminales, “mejorando de forma sustancial la agilidad de la carga y descarga de trenes”, señalan desde la APB.
El Centro de Gestión Ferroportuario también ha proporcionado información sobre el funcionamiento del complejo ferroportuario del recinto, fundamental en la toma de decisiones para corregir problemas y optimizar la capacidad de la infraestructura y los medios ferroviarios.
Una cuota modal que no para de crecer
Desde su creación, la cuota ferroviaria de Port de Barcelona no ha parado de crecer, situándose en un 15% en contenedores y el 42% en vehículos en 2020, “un porcentaje que ha seguido creciendo durante los cuatro primeros meses de 2021”.
Además, su existencia ha puesto la base para el desarrollo de diferentes iniciativas puestas en marcha en este ámbito. Así, el pasado 28 de abril el consejo de administración aprobó el plan de actuación estratégico para aumentar la capacidad ferroviaria en el Port de Barcelona.
Se trata de un plan por etapas para incrementar el transporte ferroviario mediante las infraestructuras actuales, sin esperar a los nuevos accesos por el sur.
