Bruselas quiere que la edad mínima exigida para conducir un camión en la Unión Europea quede establecida en 18 años. Con ello, se pretende reduce la brecha actual entre la escuela y la rueda, que hace que muchos jóvenes que acaban la formación profesional con 18 años de edad no puedan conducir un camión hasta los 21.
La Comisión Europea ha dado a conocer su propuesta de revisión de la directiva sobre permisos de conducir para paliar la escasez crónica de conductores en el transporte de mercancías. Un informe reciente de la patronal de la carretera concluye que faltan unos 600.000 conductores en Europa y pronostica que en 2026 se alcanzarán casi los dos millones si no se hace nada para corregirlo.
“Este es un paso positivo importante que la industria del transporte por carretera ha pedido durante mucho tiempo”, subrayan desde IRU (International Road Union). Y es que el sector sigue esperando ansiosamente soluciones concretas a una de las mayores amenazas para el mercado de transporte por carretera.
El aumento previsto se debe al envejecimiento del colectivo de conductores, combinado con la baja tasa de jóvenes y mujeres que optan por esta actividad, a pesar de los elevados índices de desempleo europeos. En toda la UE, solo el 6% de los conductores profesionales tiene menos de 25 años.
La Comisión también recomienda que se permita a los jóvenes de 17 años de edad que comiencen a formarse acompañando a conductores experimentados.
“Acogemos con beneplácito la propuesta de la Comisión de brindar a los jóvenes la oportunidad de convertirse en conductores de camiones. Esto contribuirá en gran medida a reducir la brecha entre la escuela y la rueda”, sostiene Raluca Marian, portavoz de IRU en Bruselas, si bien lamenta que la propuesta no incluya al transporte de viajeros.
Conductores de terceros países
Además, la Comisión Europea está abierta al llamamiento del sector para ampliar el colectivo de conductores facilitando el acceso a profesionales de terceros países. “Si bien la lista de países y las condiciones concretas deben determinarse aún más en función de criterios de seguridad sólidos, ya vemos un paso positivo para facilitar que los ciudadanos de terceros países se conviertan en conductores profesionales en la UE”, añade Marian.
