A pesar de la menor congestión portuaria, uno de cada dos buques mercantes sigue llegando tarde, con un retraso medio superior a cinco días. Según los últimos datos sobre la fiabilidad de horarios, recogidos por Xeneta, en enero el 52% de los buques han llegado a tiempo a su destino, una cifra inferior al 56% alcanzado a finales de 2022. El retraso medio sigue siendo “persistentemente” elevado.
Sin embargo, la situación actual es mejor que la de hace un año, en plena congestión y con la guerra de Ucrania en marcha, cuando casi el 80% llegaban con un retraso medio de casi ocho días. Unas cifras que contrastan con las de antes de la pandemia. En 2019, el 78% de la flota mercante cumplía con sus tiempos de tránsito, mientras que los que no cumplían lo hacían con una demora media de 4,1 días.
Algunas operaciones han mejorado por encima del promedio global, mientras que otras van más rezagadas. De los intercambios desde Asia, la mayor mejora en la fiabilidad del cronograma se percibe en las rutas hacia el norte de Europa, que ha aumentado un 35% en el último año, aunque aún se mantiene en un 52%.
Con un 68%, MSC presenta la mejor nota en fiabilidad horaria, mientras que los servicios operados por Yang Ming y ONE caen hasta el 29%.
A pesar de la caída de los volúmenes y la disminución de la congestión, la confiabilidad horaria en las rutas entre Asia y EEUU no muestra mejoras apreciables.
Así, en las rutas transpacíficas, solo uno de cada tres buques llega en el tiempo previsto, lo que supone una caída de varios puntos desde finales de 2022. Sin embargo, la fiabilidad ha aumentado en 25 puntos porcentuales respecto a hace un año.
A la costa este estadounidense es algo mejor, con un 35%, 19 puntos porcentuales más que hace un año. Incluso las mejores compañías que operan estas rutas solo tienen cuatro de cada 10 buques fiables. En Wan Hai, la peor naviera en este aspecto, solo el 19% de sus servicios llegaron a tiempo en enero.
Además de la deficiente confiabilidad del cronograma, desde Xeneta subrayan que los cargadores también están lidiando con navieras que cancelan o modifican “gran cantidad” de viajes y servicios.