Si hace unos años nos cuentan lo que iba a suceder en España en este tiempo hubiéramos pensado que ese futuro era imposible por muchas razones. Sin embargo, hoy nos encontramos con una situación empresarial complicada por varias razones.
Empezamos a finales de 2019 y principios del 2020 con un virus que hace estragos en China, y sobre el que de alguna manera intentamos autoengañarnos. “No hay manera de que ese virus llegue a España”, cosa que no pensamos muy bien, ya que hay paquetes que en menos de 24 horas viajan desde el punto más recóndito del planeta hasta la puerta de nuestra casa.
Este virus impactó de lleno en nuestras vidas paralizando al mundo entero. Muchos sectores se vieron en la tesitura de tener que reducir drásticamente su plantilla o incluso cerrar de la noche a la mañana. Aunque, como todo en la vida, existen excepciones, como por ejemplo el sector del transporte y la logística.
Hospitales, supermercados y farmacias, entre otros, seguían funcionando y esta vez al 150% con su necesidad de estar abastecidos. Ahí es donde entra en juego el sector del transporte, tan importante y a la vez tan infravalorado muchas veces. La mayoría de las empresas empezaron a tener mucho trabajo y pocas nuevas incorporaciones, por lo que llegó a saturar el sector al priorizar y dejar de lado a las privadas, totalmente entendible.
Muchos meses después parece que vemos la luz al final del túnel, y con la misma facilidad pasmosa que llegó el covid, empezamos a escuchar un más que posible conflicto bélico que está por estallar. Antes de que explotara esta guerra ya estábamos sufriendo subida de precios de productos de primera necesidad y una recesión económica, donde las empresas reducían personal e inversiones para seguir abiertos y en funcionamiento.
Esta situación no dio tiempo a que se estabilizara, cuando el 24 de febrero de 2022, ni dos años después del confinamiento, llega la invasión rusa de Ucrania. Este suceso, como ya sabemos, hace que la UE corte cualquier tipo de lazo con Rusia y es entonces cuando servicios de primera necesidad empiezan a encarecerse, como la luz y el gas, sobre todo.
“La tendencia que hemos visto en algunos de nuestros clientes del sector transporte es que se han replanteado totalmente su modelo de negocio”
Está más que claro que como consumidores finales todos estamos experimentando de primera mano estos costes tan altos, lo que también vemos es que los precios suben y las inversiones bajan. Antes de la pandemia, el desarrollo de negocio dentro del sector del transporte y la logística iba en aumento y se destinaban grandes porcentajes de los presupuestos generales para acciones de prospección comercial.
A día de hoy, al reducir plantilla, las compañías se encuentran en la necesidad de externalizar el servicio de ejecutivos comerciales, porque uno de los activos principales en una empresa son sus clientes. Si muchos de ellos han cerrado o han reducido su actividad, su aportación económica a la empresa también se habrá reducido, por lo que no invertir en este tipo de estrategias te lleva a la inanición y, finalmente, al cese de la actividad.
Actualmente, nos encontramos con campañas más pequeñas y que se extienden más en el tiempo, para que el crecimiento sea gradual y no morir de éxito. La tendencia que hemos visto en algunos de nuestros clientes del sector transporte es que se han replanteado totalmente su modelo de negocio. Incluso han derivado fondos de otros departamentos hacia este, ya que cuantos más clientes nuevos puedas captar más crecerá la empresa y se podrá conducir hacia un futuro más estable. Es el momento de apretarse el cinturón y priorizar aquellos departamentos que contribuyen a desarrollar el negocio hacia una meta segura.