El Gobierno excluirá de su plan de ayudas para la renovación de flotas de transporte a los vehículos diésel. Los incentivos se darán exclusivamente para la adquisición de camiones nuevos propulsados a gas u otras energías alternativas. Además, incluirá una línea de ayudas para la transformación de los diésel a la motorización dual diésel-gas.
Organizaciones como Fenadismer lamentan la postura del ministerio de Transportes, que difiere de las tomadas por otros países europeos, como Italia y Alemania, que no marginan la propulsión diésel. “Un vehículo nuevo Euro 6 supone una mejora muy importante en las emisiones al medio ambiente, que alcanza hasta el 90% de reducción de óxidos de nitrógeno y carbono”, afirman desde la federación de transportistas.
El ministerio que dirige José Luis Ábalos reconoce que en el transporte de mercancías y pasajeros de largo recorrido no hay todavía una oferta suficiente de vehículos eléctricos y los de hidrógeno están en fase de experimentación. Por ello, las subvenciones se centrarán en la adquisición de vehículos a gas (GLP, GNC y GNL), que generan un 15% menos de emisiones que los diésel.
Por otro lado, el plan contempla ayudas para la trasformación de los camiones diésel en tecnología dual. La adaptación tiene un coste limitado, lo que permitiría a los transportistas “familiarizarse” con esta tecnología de cara a renovar su vehículo en el futuro. Y serviría para incrementar la red de gasineras en España, que actualmente apenas alcanza el centenar.
Por último, habrá ayudas para el achatarramiento de vehículos antiguos, sin condicionarlo a la adquisición de ningún vehículo nuevo, como ya ocurrió en 2015 con el Plan PIMA Transporte.