La invasión rusa de Ucrania está provocando una escalada de los precios de las materias primas y problemas en las cadenas de suministro, cuyas consecuencias se dejarán notar a lo largo de 2022. Dado que es poco probable que las sanciones a Rusia se levanten a corto plazo, esto puede tener un impacto indirecto sostenido en la economía mundial, según un informe de Bimco.
Los puertos ucranianos están cerrados y muchas navieras se han retirado, a pesar de que las sanciones de la UE no han afectado al transporte marítimo. Al menos, hasta ahora, porque Bruselas contempla seguir el ejemplo de Reino Unido y prohibir la entrada de buques de pabellón ruso en sus puertos. Mientras, EEUU ha prohibido ya las importaciones de petróleo, gas y carbón de Rusia.
Como consecuencia, la economía global está sufriendo una nueva escalada de precios de las materias primas. Petróleo, trigo y maíz han alcanzado máximos históricos de la última década. Según Bimco, esto va a disparar la inflación, que ya estaba en niveles récord en muchos países, a lo que va a contribuir el previsible aumento de los costes del transporte marítimo por el encarecimiento de los carburantes. Y esto también puede provocar una contracción de la demanda, por la priorización del gasto de consumidores y empresas.
En este sentido, el Instituto Nacional de Investigación Económica de Reino Unido ha estimado que la guerra podría reducir el crecimiento del PIB mundial hasta un 1%. “Al margen de la evolución de las exportaciones de Rusia y Ucrania, esto afectará las proyecciones de crecimiento para todos los sectores del transporte marítimo”, señala Niels Rasmussen, analista jefe de la consultora danesa.
Impacto sobre graneleros y petroleros
Rusia y Ucrania son responsables de más del 10% de las exportaciones mundiales de carbón, trigo y maíz. Lo que más preocupa es la exportación de los dos productos agrícolas, que se cargan principalmente en puertos del mar Negro. “Está por ver qué exportaciones ucranianas pueden ser reemplazadas por las de otros países, lo que podría conducir a una mayor demanda de transporte en toneladas por kilómetro”, explica Rasmussen.
Por otro lado, Rusia es un gran exportador tanto de carbón como de trigo, aunque la mayor parte de estos productos se carga en los puertos del Báltico y del Pacífico. Según Rasmussen, las exportaciones desde los puertos del mar Negro pueden verse más afectadas por la reticencia de las navieras a operar en la zona y el aumento de los costes de transporte.
Para el analista de Bimco, “la invasión de Ucrania afecta muy negativamente al mercado de los graneleros, tanto por la falta de suministro de materias primas como por la reducción de la demanda por el aumento de precios”.
En petróleo, de Rusia sale el 10% de las exportaciones mundiales de crudo y productos derivados, la mayoría desde los puertos del mar Negro. La UE es el principal receptor de estas exportaciones y hasta ahora no ha tomado medidas para restringirlas. Sin embargo, los europeos parecen estar rehuyendo el crudo ruso y se especula con que hasta el 70% de las exportaciones rusas no tienen comprador a pesar de los descuentos.
Rasmussen aventura que China podría emerger como comprador de crudo ruso, mientras la UE podría comprar más en Oriente Medio. “Esto podría conducir a una mayor demanda, pero si los altos precios se mantienen, también esta podría verse afectada. Así pues, el tan esperado repunte en el mercado de los petroleros se retrasará aún más y será más moderado de lo previsto”, explica el analista jefe.
En el caso de los portacontenedores, las navieras más importantes han suspendido sus servicios hacia y desde Ucrania y Rusia. Sin embargo, ni Rusia ni Ucrania son mercados clave para las líneas regulares. Teniendo en cuenta la alta demanda mundial de este sector, la situación en los dos países no debería afectar a las tarifas de contenedores o a la demanda de transporte en general, “aunque sí podría hacerlo a tráficos refrigerados muy específicos”.