La International Chamber of Shipping (ICS) advierte de que la falta de acceso a las vacunas para la gente de mar está colocando al transporte marítimo en un “campo de minas legal”, al tiempo que “deja muy vulnerables las cadenas de suministro mundiales”. Los marinos se encuentran entre las profesiones más internacionalizadas del mundo, pudiendo coincidir trabajadores de hasta 30 nacionalidades distintas en un mismo buque.
Un documento legal que la organización hará llegar a toda la comunidad marítima mundial a finales de esta semana pone de manifiesto la preocupación de que las vacunas “puedan convertirse pronto en un requisito obligatorio para trabajar en el mar”, dada la insistencia de algunos estados en exigir la vacunación como condición para entrar en sus puertos.
Sin embargo, los países en vías de desarrollo no conseguirán una inmunización masiva hasta 2024, algo que dejaría fuera a unos 900.000 tripulantes, más de la mitad del total, que proceden de países en vías de desarrollo con grandes dificultades de acceso a los antídotos.
“Si nuestros trabajadores no pueden atravesar las fronteras internacionales, habrá retrasos e interrupciones en la cadena de suministro”
Según explica ICS, “esto está creando una tormenta perfecta para los armadores, que pueden verse obligados a cancelar los viajes si los miembros de la tripulación no están vacunados. Se arriesgarían a sufrir daños legales, financieros y de reputación al navegar con tripulaciones no vacunadas, a las que se les podría negar la entrada a los puertos”.
“Ya estamos viendo informes de estados que exigen prueba de vacunación para la gente de mar”, afirma el secretario general de la entidad, Guy Platten. “Si nuestros trabajadores no pueden atravesar las fronteras internacionales, habrá retrasos e interrupciones en la cadena de suministro. Para un sector que se espera que ayude a impulsar el esfuerzo mundial de vacunación, esto es totalmente inaceptable”, añade.
Los retrasos en los puertos causados por una tripulación no vacunada supondrían responsabilidades legales y sobrecostes para las navieras, que no serían recuperados por los fletadores. Además, mientras que los armadores podrían abordar la necesidad de vacunas en los nuevos contratos, cambiar los contratos existentes o pedir a la tripulación que reciba una vacuna exigida por un determinado puerto les podría exponer a responsabilidades legales.
La incertidumbre llega en un momento crucial en el papel que desempeña el transporte marítimo en la cadena de suministro mundial durante la pandemia. Así, el transporte por mar superará al aéreo en la carrera por la entrega de vacunas en todo el mundo en la segunda mitad de 2021, en una campaña de distribución que se calcula que durará cuatro años.
El transporte marítimo es también vital para hacer llegar los equipos de protección personal que los acompañan, cuyo volumen se estima entre seis y siete veces superior al de las vacunas.