Un estudio reciente de la consultora de transporte y logística ALG Global (del que se hacían eco esta misma semana distintos medios) señalaba que los puertos españoles corren el riesgo de perder el 50% de su negocio de transbordo internacional de contenedores ante la imposibilidad de competir en precio con los recintos portuarios del norte de África. Un dato que puede parecer apocalíptico, pero que debe ser, sobre todo, una llamada a la acción.
Lógicamente, las causas que originan esta caída en un segmento estratégico de los puertos, como es el tráfico de transbordo de contenedores, son variadas y se encuentran identificadas, pero sin duda, la entrada en vigor del ETS puede ser una de las principales.
La nueva directiva medioambiental del ETS (Emissions Trading System), esto es, el nuevo sistema para controlar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del transporte marítimo en la UE, obligará a todos los buques que escalen en puertos europeos a pagar derechos de emisión. Una normativa que causará un impacto muy negativo en nuestras dársenas y que ocasionará pérdidas considerables a nuestras empresas.
Por este motivo, desde la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Centros Portuarios de Empleo hemos hecho pública nuestra posición y apoyado la petición que distintos organismos públicos (como la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras) y empresas privadas (como MSC) han trasladado a la Comisión Europea para que aplique una moratoria a la entrada en vigor del ETS prevista para el 1 de enero de 2024.
La moratoria es necesaria porque las terminales portuarias españolas tememos que, huyendo del cumplimiento de esa normativa, una parte sustancial de los tráficos de transbordo se trasladen desde los puertos del sur de Europa hasta otros puertos extracomunitarios. De hecho, hemos sido conocedores de diferentes estudios realizados por expertos que aseguran que esta previsible fuga de tráficos afectará muy negativamente a la competitividad de los puertos españoles que realizan actividades de transbordo, las cuales suponen el 55% del total de las mercancías manipuladas en todo el sistema portuario español, y tendrá impacto en sus economías locales y en el empleo.
“Nuestras empresas apuestan por el compromiso medioambiental y hace mucho tiempo que trabajan en la reducción de las emisiones de gases, pero esta normativa las sitúa en clara desventaja respecto a sus competidores”
Además, posponer la entrada en vigor del ETS nos permitiría mejorar la directiva en lo que respecta a los tráficos internacionales de larga distancia que hacen transbordo en puertos comunitarios, pero con origen y destino fuera de Europa. De este modo, si se aprobara, lograríamos frenar la afección de la normativa y trabajar en su mejora.
Para nosotros es clave que la Comisión Europea cree un marco político y jurídico que evite los riesgos sobre la competitividad de los puertos y el empleo, y para ello hay que reabrir el debate con todos los agentes implicados, analizar en profundidad los efectos de la normativa y repensar el modelo.
Y aunque es cierto que, durante la tramitación de la directiva, se introdujo el concepto de puertos vecinos de transbordo, para aquellos puertos extracomunitarios que a una distancia inferior a 300 millas de puertos comunitarios tengan más de un 65% de su tráfico como transbordo, esta medida nos parece insuficiente. No hay que perder de vista que el pago del gravamen es evitable modificando las rutas hacia puertos extracomunitarios, lo que sitúa a los puertos comunitarios en situación de clara desigualdad respecto a sus vecinos.
Por todo ello desde Anesco respaldamos la solicitud de moratoria en la aplicación de la directiva del ETS a los efectos de minimizar las repercusiones negativas de la misma. Nuestras empresas apuestan por el compromiso medioambiental y hace mucho tiempo que trabajan en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones, pero esta normativa las sitúa en clara desventaja respecto a sus competidores de ahí la necesidad de aprobar esa moratoria.
