Debido a la crisis energética en Europa, las empresas buscan cada vez más las energías renovables y la eficiencia energética. Las renovables representan el eje de la transición ecológica. En mayo, la Comisión Europea puso en marcha el Plan REPower, que hacía referencia al sector logístico. Este incluye entre sus objetivos la obtención de 10 millones de toneladas de hidrógeno verde producidas en Europa y la importación de fuentes para sustituir el carbón, el petróleo y el gas en algunos sectores de la industria y el transporte en 2030.
Pese a que, hasta hace poco, las fuentes renovables estaban subvencionadas por incentivos estatales y se consideraban mucho más caras, ahora algunas se consideran más baratas que las fósiles. Actualmente, el coste del MWH oscila entre los 150 y 300 euros, mientras que el coste de las renovables, se sitúa en los 45 euros. Además, los consumidores demandan cada vez más energía limpia.
De acuerdo con la última encuesta de Packlink, realizada entre más de 5.000 usuarios europeos, el 75% de los encuestados tiene en cuenta el compromiso medioambiental y social de una marca en su elección de compra online. Y hasta el 64% asegura estar dispuesto a pagar más por paquetes y envíos respetuosos con el medioambiente.
Son muchas las empresas de comercio electrónico y logística que están intentando adaptar sus objetivos a la neutralidad energética, llegando a cero emisiones de CO2 en 2050. Amazon, por ejemplo, tiene previsto impulsar sus actividades con energía cien por cien renovable en 2025. Esto se debe a que muchas empresas creen que existe una conexión entre la optimización de recursos y la reducción de costes y entre las acciones en línea con una política ambientalmente sostenible.
Dentro del sector logístico es importante considerar todas las etapas de la cadena de suministro: proveedores, almacenes, socios, clientes finales. Aunque no se trata solo de la selección de los medios usados, sino que influyen factores como la iluminación de los almacenes, el tipo de entrega, o la energía usada en el almacenamiento, lo que tiene un peso e influencia en el impacto real.
Una ventaja competitiva
Por otro lado, el sector logístico requiere de fuentes de energías derivadas de las necesidades térmicas como calefacción, refrigeración e iluminación en almacenes o las áreas de almacenamiento y centros operativos. Por ello, una ventaja competitiva es utilizar sistemas de eficiencia energética, que reduzcan el consumo y los costes.
Otro aspecto a destacar es la promoción de la reutilización y el reciclaje. Algunas ventajas que puede obtener una empresa logística pueden ser: reducción de costes energéticos mediante la autoproducción de electricidad, abandono del gasóleo, uso de vehículos eléctricos accesibles a zonas peatonales y de tráfico restringido en los centros urbanos, y obtener una mayor competitividad a largo plazo.
Por ello, es fundamental reorientar el sector logístico con vistas a reducir el impacto ambiental del comercio tanto online como tradicional. La creación de hubs nacionales o los centros de última milla próximos a los núcleos urbanos permitiría disminuir los kilómetros recorridos y el número de vehículos utilizados, reduciendo las emisiones de CO2 hasta 450 toneladas.
“Es importante repensar toda la cadena de suministro. Tener horizontes definidos, pero mejorar constantemente: este debería ser el mantra de todas las empresas y el ambiental es un punto crucial desde el que partir. Porque el futuro del sector logístico debe poner el foco en las energías renovables y en la eficiencia energética”, señala Noelia Lázaro, directora de marketing de Packlink.