Los transportistas han vuelto a reclamar al Gobierno la puesta en marcha de un Plan Renove que incluya a los camiones diésel nuevos, ante el progresivo envejecimiento de la flota española y la falta de vehículos de cero emisiones.
Y es que las ayudas para la compra de camiones (o autobuses) nuevos eléctricos o de hidrógeno, puestas en marcha en 2022, no se agotan por falta de candidatos. El 30 de abril finalizará el plazo para solicitar las subvenciones aprobadas por el Gobierno en 2021 para la descarbonización del transporte por carretera, que alcanzan los 400 millones de euros en tres años, financiados con fondos Next GenerationEU.
Según Fenadismer, en sus dos años de vigencia, los transportistas se han decantado en su mayoría por la línea dedicada al achatarramiento de vehículos. Solo los grandes flotistas han optado por la adquisición de nuevos vehículos, especialmente de transporte de viajeros, dada la escasa oferta de este tipo de tecnologías y su elevado coste, hasta tres veces superior al diésel.
Por ello, la federación sigue insistiendo en la necesidad de aprobar un Plan Renove que incluya a los camiones diésel nuevos, ante el “preocupante” envejecimiento de la flota española. La media actual de las cabezas tractoras se sitúa en 8,1 años (era de 4,7 en 2007), y en el caso de los camiones rígidos es de casi 15 años (menos de seis en 2007).
A día de hoy, la práctica totalidad de las comunidades autónomas han agotado ya el presupuesto adjudicado, dado el “aluvión” de solicitudes presentadas por los transportistas. Los fondos disponibles para esta línea solo alcanzan al 7%, y están concentrados en Extremadura y Baleares principalmente.
En cambio, las líneas destinadas a la compra de vehículos nuevos disponen aún de un presupuesto sin agotar de casi el 20%, que en algunos territorios alcanza hasta el 50% o más.
Por subsectores, dos de cada tres vehículos nuevos objeto de ayuda son autobuses (híbridos y eléctricos) pese a que la flota de camiones es seis veces superior.