Las reacciones “instintivas” de los líderes mundiales a la variante ómicron del covid están poniendo a los trabajadores del transporte y a la cadena de suministro global en “mayor riesgo de colapso”, advierten las organizaciones internacionales que dan voz al transporte por carretera, aéreo y marítimo.
Los trabajadores del transporte transfronterizo, incluidos la gente de mar, las tripulaciones aéreas y los conductores, “deben poder continuar haciendo su trabajo y cruzar las fronteras sin reglas de viaje demasiado restrictivas” para mantener en movimiento las cadenas de suministro “que ya están enfermas”.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), la Cámara Naviera Internacional (ICS), la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) han pedido a los gobiernos que no vuelvan a imponer restricciones fronterizas “que limitan aún más” la libertad de movimiento del transporte mundial, “y aprender de las lecciones de los últimos dos años”.
Una semana desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) designara la nueva cepa ómicron como una variante “preocupante”, al menos 56 países han vuelto a imponer diversos grados de restricciones para cruzar sus fronteras.
“La historia se está repitiendo con los gobiernos cambiando cientos de reglas que afectan a los trabajadores del transporte transfronterizo”
Los organismos de transporte, que representan más de 20.000 millones de dólares del comercio mundial al año y 65 millones de personas empleadas en todo el mundo, piden que se ponga fin al enfoque “apresurado y fragmentado” de las restricciones de los gobiernos.
“La historia se está repitiendo con los gobiernos cambiando unilateralmente cientos de reglas que afectan a los trabajadores del transporte transfronterizo en cuestión de horas. Los conductores de camiones se encuentran otra vez atrapados en medio y pagan un alto precio por mantener en funcionamiento las cadenas de suministro. Ellos, y todos los que confiamos en su servicio, nos merecemos algo mucho mejor”, señala Umberto de Pretto, secretario general de IRU.
“Los funcionarios de salud pública nos dicen que debemos esperar que surjan variantes. Y cuando se detectan, la experiencia muestra que ya están presentes en todo el mundo. Las restricciones fronterizas que impiden que las tripulaciones aéreas hagan su trabajo no harán nada para evitarlo e infligirán un daño grave a las cadenas de suministro que aún se están recuperando y a las economías locales”, añade Willie Walsh, de IATA.