A propuesta del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el consejo de ministros ha dado luz verde a la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030. Este documento supone la hoja de ruta que guiará las actuaciones del Gobierno en materia de transporte, logística y movilidad en los próximos años.
Según explica el departamento que dirige Raquel Sánchez, supone una “reforma importante de las políticas que tradicionalmente se venían aplicando en España”, pasando de una visión “meramente inversora” en nuevas infraestructuras a un enfoque basado en la “movilidad cotidiana de sus ciudadanos”, la sostenibilidad ambiental del transporte y su digitalización.
La estrategia está incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, como una reforma del componente seis y su aprobación supone cumplir uno de los hitos pactados con la Comisión Europea para recibir 69.510 millones de euros en ayudas para impulsar y transformar la economía tras la pandemia.
El documento analiza la situación que atraviesa el sector del transporte y la movilidad, proyecta la visión a futuro y las prioridades del ministerio, y determina las líneas de actuación a acometer en los próximos años.
Asimismo, refleja el “cambio de paradigma” asumido por Mitma para constituirse como un “proveedor y facilitador” de soluciones de transporte y movilidad desde una perspectiva “más amplia, transversal y moderna”. El objetivo es, añade el ministerio en una nota informativa, “liderar una auténtica política nacional de movilidad y transportes, priorizando el beneficio social”. Una prioridad que implica abordar los retos medioambientales, tecnológicos, sociales y económicos, garantizando el derecho a la movilidad de las personas, “y el impulso al transporte de mercancías, como actividad esencial que contribuye al crecimiento económico y a la creación de empleo”.
41 líneas de actuación y 148 medidas concretas
El texto se estructura en nueve ejes, articulados en 41 líneas de actuación, que a su vez se dividen en 148 medidas concretas a adoptar en los próximos años.
Entre las prioridades destacan la apuesta por la movilidad cotidiana, la conservación de las infraestructuras, el fomento de la intermodalidad, de las fuentes de energía y “modos limpios y saludables”, y el “poner a las personas y, en su caso, a las mercancías, en el centro de la toma de decisiones”.
En este sentido, se prioriza tener una actitud “abierta” a la innovación, potenciar la conexión territorial tanto dentro de España como con Europa y el resto del mundo, y mejorar los aspectos sociales y laborales asociados al transporte.
La estrategia se basa en tres principios, seguridad, sostenibilidad y conectividad, minimizando las emisiones contaminantes, fomentando los modos limpios, la economía circular y la resiliencia climática. Y se impulsará la digitalización y el avance tecnológico para la trasformación del sector, la conectividad modal en el transporte y la logística, y la conectividad con Europa y el mundo.
