A menos de cuatro días de que los transportistas aparquen sus camiones en protesta por las condiciones en las que trabajan, la ministra Raquel Sánchez ultima con su equipo ministerial, con la secretaria de estado Isabel Pardo de Vera y la secretaria de Transportes, María José Rallo, al frente, la propuesta con la que intentará evitar in extremis que la amenaza del sector llegue a materializarse.
La titular de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana mantiene que hay tiempo para alcanzar un acuerdo. Sin embargo, el tiempo se agota. La Confederación Española de Transporte de Mercancías sigue esperando que el Gobierno mueva ficha y concrete su oferta por escrito. Por el momento, no hay más encuentros previstos entre las partes, después de que los cinco mantenidos hasta la fecha hayan resultado infructuosos.
En un comunicado emitido en la tarde de este jueves, tras la celebración de una asamblea general extraordinaria, CETM, la principal organización representada en el Comité Nacional del Transporte por Carretera, mantiene el “talante negociador”, a la espera de recibir una propuesta por escrito del Gobierno que “concrete y detalle” su contenido para acercar posturas.
La patronal resume la lista de agravios del sector. En primer lugar, la fuerte subida de los costes, en especial el del carburante, que no pueden repercutir a sus clientes por no disponer de herramientas jurídicas (cláusula del gasóleo obligatoria), y por la posición de dominio que ejercen, que “en algunos casos incluso amenazan con rebajar los precios”.
En segundo lugar figuran los tiempos de espera “desorbitados” y la obligación de participar en las labores de carga y descarga. Completan la larga lista de reivindicaciones del colectivo, el posible pago por uso en las autovías, la amenaza de la supresión del gasóleo profesional o el retraso en la devolución de los 200 millones del céntimo sanitario.
