El convenio Marpol cumple medio siglo de vida. El tratado para prevenir la contaminación en el transporte marítimo se ha convertido en este tiempo en el instrumento internacional más importante para reducir la polución del medio marino causada por buques, ya sea por causas operacionales o accidentales.
El documento obliga a los buques a tomar medidas a bordo para impedir que las aguas sucias, la basura y los desechos operacionales entren en el mar sin restricciones, a la vez que deben controlar las emisiones a la atmósfera. También se deben proyectar y construir los buques de forma que se prevengan y limiten los derrames accidentales de hidrocarburos y productos químicos. Y todo ello se hace gracias a las normas adoptadas por la Organización Marítima Internacional (OMI).
Este dos de noviembre, OMI conmemora los 50 años de la adopción del convenio internacional para la protección del medio marino, bajo el lema 50 años del Marpol: nuestro compromiso continúa.
“Marpol ha contribuido a cambiar la situación en lo que respecta al transporte marítimo, y a la salud de nuestros océanos, y seguirá haciéndolo de cara a los próximos 50 años”, afirma el secretario general de OMI, Kitack Lim.
En la década de 1990, se adoptó un nuevo anexo para abordar la contaminación atmosférica y las emisiones de buques, de manera que las reglas del Marpol han impulsado la innovación para combatir la contaminación y hacer frente a los problemas mundiales, entre ellos el cambio climático.
“Ahora no es el momento de cruzarse de brazos. El transporte marítimo debe adoptar la descarbonización, la digitalización y la tecnología innovadora, incluida la automatización, y cerciorarse de que la transición tecnológica y ecológica se mantenga centrada en el factor humano a fin de garantizar un planeta sostenible para las generaciones futuras”, añade Lim.
El tratado se alinea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).