Un estudio de la entidad ambientalista Transport & Environment concluye que la electrificación del transporte de mercancías por carretera no solo es técnicamente viable, sino que es probable que alcance la paridad de costes con el gasóleo a mediados de la década. La electrificación de los camiones es al menos dos veces más eficiente desde el punto de vista energético que el hidrógeno renovable y unas tres veces más que los motores de combustión interna que funcionan con e-combustibles sintéticos, según el estudio.
“La tecnología de las baterías está muy cerca de un umbral que hace que los camiones eléctricos sean viables y económicamente competitivos”, afirma Björn Nykvist, autor principal e investigador principal del SEI. En contra de la suposición generalizada de que los camiones eléctricos con baterías pesadas son demasiado caros y carecen de autonomía para descarbonizar el sector, el informe del Stockholm Environment Institute muestra que si los vehículos pueden cargarse rápidamente, de la misma manera que los turismos, la autonomía necesaria se reduce drásticamente y la electrificación “se vuelve mucho más realista”.
A la luz de estos datos, Tiziana Frongia, de T&E, asegura que “el futuro del transporte por carretera es eléctrico, la mayoría de las entregas urbanas y regionales ya pueden ser cubiertas por camiones eléctricos hoy en día y los de larga distancia están a solo unos años de distancia. La UE debería acelerar la transición hacia la electrificación estableciendo objetivos vinculantes para las estaciones de carga de camiones en la próxima revisión de la ley de infraestructuras”.
Dado que en la actualidad no hay casi ninguna estación de recarga específica para camiones, T&E se ha unido a la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles para pedir a la Comisión Europea que despliegue 11.000 puntos de recarga para camiones eléctricos en toda la UE para 2025, y que lleguen a 42.000 en 2030.
La UE debería dar prioridad a la recarga en las autopistas más transitadas de Europa, por ejemplo, entre Hamburgo y Berlín, según las conclusiones de otro estudio reciente de T&E. Centrarse en los puntos calientes del transporte de larga distancia, que conectan las grandes zonas urbanas de Europa, significaría que “con unas modestas inversiones en infraestructura de recarga llegarían muy lejos”.
Según T&E, bastaría con un 0,2% del gasto anual de 100.000 millones de euros de la UE en infraestructuras de transporte para crear las condiciones adecuadas para electrificar el transporte de larga distancia.