Tres organizaciones globales que representan a trabajadores, cargadores y empresas transportistas han suscrito la denominada Carta del Conductor, en la que denuncian el maltrato que reciben muchos conductores en los lugares de carga y descarga. Con ella, instan al sector del transporte de mercancías por carretera a subsanarlo.
En todo el mundo circulan a diario más de 60 millones de camiones. Sus trabajadores “desgraciadamente”, a menudo se enfrentan a “condiciones difíciles, accesos deficientes, baños indecentes y a la falta de respeto en los puntos de carga y descarga”. Una situación que se ha visto agravada durante la pandemia.
Por ello, la Global Shippers Alliance, la organización mundial del transporte por carretera IRU y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), han lanzado la Carta del Conductor. En ella se fijan compromisos para los cargadores, los operadores y los propios transportistas, con el fin de “elevar los estándares globales” de los profesionales de la carretera.
Escasez de mano de obra
La Carta también aborda la escasez de mano de obra crónica y las barreras que dificultan la contratación. En este sentido, se dirige especialmente a mujeres y jóvenes. Mientras más de una quinta parte de las vacantes no se cubren, solo el 2% de los conductores son mujeres, y los menores de 25 años suponen apenas el 5% del total en Europa.
Para Denis Choumert, presidente de GSA, “queremos instalaciones de carga y descarga acogedoras y seguras” para los conductores. “Esta carta fomentará el cumplimiento de las leyes y estándares en los puntos de carga y descarga, y las mejores prácticas sobre cómo podemos trabajar mejor”, afirma.
Por su parte, Umberto de Pretto, secretario general de IRU, asegura que “los conductores y los operadores para los que trabajan son esenciales para la economía mundial, pero con demasiada frecuencia se enfrentan a malas condiciones. Son profesionales que necesitan un entorno decente para hacer su trabajo correctamente”.
