La aceleración de los cambios en los hábitos de consumo derivados de la pandemia y el auge del comercio electrónico está impulsando la carga aérea, presionada más que nunca por los tiempos de tránsito. Así, la mayor urgencia del consumidor se traslada al avión como medio de transporte global por excelencia.
“Los timings de lanzamiento son muy justos, por lo que nos vemos en la obligación de ser muy rápidos”, explica Manuel Morales, responsable de Transporte de El Corte Inglés, en el debate organizado por la asociación de cargadores ACE bajo el título Transporte por vía aérea, una oportunidad para el cargador.
En el mismo sentido, Juan Antonio Iglesias, director de Logística de Samsung Electronics para España y Portugal, identifica “el producto y la seguridad” como causas de este trasvase del transporte marítimo a la carga aérea. Por ello, los productos de la compañía ya llegan íntegramente a Madrid, y han dejado de utilizar hubs europeos como Luxemburgo.
El nuevo patrón de consumo ha forzado a las aerolíneas a adaptarse, “tanto a nivel operacional como de tipo de productos”, apunta Jordi Piqué, director general de Air Europa Cargo, uno de los principales operadores del mercado. En esta línea, Piqué considera que “los aviones de carga van a ser determinantes en el futuro, más aún que ahora.”
Sin embargo, igual que en el transporte marítimo, los fletes de la carga aérea han crecido en el último año, en parte debido a la gran dependencia de los aviones de pasajeros, que, en el caso español, alcanza el 80% del transporte aéreo de mercancías, a pesar de que “la demanda de carga ya está por encima de la demanda prepandemia”, según Jesús Cuéllar, presidente de Foro MadCargo.
La inmediatez como ventaja
Por otro lado, el comercio electrónico internacional ha crecido exponencialmente en 2020, y lo sigue haciendo en 2021, con ciertas peculiaridades que favorecen al transporte aéreo de mercancías.
“Es inmediatez. Ante esa tesitura, para cumplir con las necesidades del cliente, es imprescindible la carga aérea, aunque no sabemos si, en el futuro, se podrá hacer de una forma previsible. Todavía no somos capaces de prever la demanda del cliente en algunas localizaciones, sobre todo en las pequeñas”, señala Morales.
Todo ello configura un sistema en el que, “al menos hasta que los trenes alcancen esas velocidades”, la carga aérea seguirá creciendo, “por esa inmediatez que exigen clientes y proveedores”. No obstante, “el futuro lo marcarán los consumidores, que lo que ahora piden es rapidez”, concluye Pedro González, presidente de Cotransa.
En esta línea, Piqué estima que la carga aérea cada vez utilizará menos las bodegas de pasajeros, y que habrá un especial crecimiento de aviones cargueros, algo que también servirá para modernizar la industria de la aviación.