En 2021 la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas está generando un cambio radical del mundo tal y como lo conocíamos. La inteligencia artificial, las redes neuronales, la computación cuántica… Son términos que vamos escuchando y que parecen salidos de una película de ciencia ficción, pero no; son realidades del presente. Tenemos la fortuna de encontrarnos en pleno auge de la cuarta revolución industrial. Toda una oportunidad para quien sepa aprovecharla y posiblemente el fin para quien mire hacia otro lado.
Asumamos la cuarta revolución industrial como algo inevitable y de gran valor para que nuestros negocios, nuestras industrias, sean más agiles y eficientes. La transformación digital está ligada a la competitividad, al crecimiento de las empresas, a la riqueza y al bienestar social. Por eso desde AVE, a través de Fundación LAB Mediterráneo, asumimos el reto de la transformación digital como una línea estratégica. Desde los objetivos de la Fundación LAB entendemos como imperativo comunicar, motivar y concienciar sobre la importancia del desarrollo tecnológico y la transformación digital para que podamos competir en un mundo cada vez más dinámico y cambiante.
Compartamos experiencias, mostremos casos de éxito que ayuden a concienciar al tejido empresarial de la Comunitat Valenciana sobre la importancia de la innovación y la transformación digital como fuentes de competitividad, eficiencia y agilidad empresarial. Hagamos una estrategia conjunta de transformación digital inteligente.
La avalancha de nuevas tecnologías que está invadiendo nuestras vidas es algo inevitable, nadie va a poder escapar a este cambio, y no nos queda más opción que adaptarnos. Pero es que, además, toda esta tecnología genera cantidades masivas de información y la forma en la que la gestionemos, será la clave del éxito de nuestras empresas, nuestra sociedad y hasta nuestras vidas personales.
De nada sirve la adopción sistemática de tecnología sin una estrategia en su uso. Y de nada sirven ambas sin una cultura empresarial que las sustenten. Esas son las claves, los pilares, de cualquier transformación digital que busque el éxito.
“La transformación comienza desde dentro, exprimiendo el valor y conocimiento que podemos extraer de los datos que genera nuestro negocio”
Un proceso de transformación digital requiere de un momento de reflexión inicial, un diagnóstico posterior del estado de madurez de la empresa y de las oportunidades que nuestro negocio puede tener en el mercado global y, finalmente, un plan de ejecución de esa hoja de ruta hacia el futuro deseado. La transformación se produce a lo largo del camino, en la adaptación de los procesos internos para mejorar la productividad gracias a proyectos de calidad predictiva, de mantenimiento predictivo, gracias a herramientas de toma de decisiones rápidas y en tiempo real. En definitiva, la transformación comienza desde dentro, exprimiendo el valor y conocimiento que podemos extraer de los datos que genera nuestro negocio.
Tener un sistema ERP, un MES, un GMAO… aporta un valor limitado, pero no nos hace más competitivos. Nos otorga la capacidad de serlo si somos capaces de extraer valor y tomar decisiones inteligentes con los datos que aportan estas tecnologías. Debemos transformar nuestros negocios desde los datos, para que el proceso de digitalización sea verdaderamente transformador.
Si no somos capaces de gestionar la información que genera nuestra actividad, filtrarla, ordenarla, comprenderla y utilizarla, gran parte del esfuerzo que hagamos en implantación de nuevas tecnologías será en vano. De hecho, puede ser incluso hasta contraproducente, pues correríamos el riesgo de perdernos en el volumen masivo de datos que recibimos.
Cuando somos capaces de combinar la automatización de sistemas y procesos con la inteligencia artificial, generamos sistemas ciberfísicos que nos permiten explotar todo el potencial de esta cuarta revolución industrial y llevar nuestros negocios a nuevos horizontes de conocimiento y competitividad.