Maersk va a suprimir al menos 10.000 empleos para mantener su rentabilidad en un mercado de transporte marítimo que se mantendrá débil hasta el año 2026. Así lo ha anunciado la naviera danesa este viernes con motivo de la presentación de sus resultados trimestrales.
La división de transporte marítimo ha reportado una caída de las ventas del 56% en el tercer trimestre debido a la fuerte caída de las tarifas de flete.
“Si nos fijamos en la cartera de pedidos y lo que sucederá en los próximos años, creo que probablemente nos estemos adaptando a un entorno muy moderado y presionado durante los próximos dos o tres años”, ha señalado su director ejecutivo Vincent Clerc a Bloomberg TV.
Y es que la crisis que está golpeando al mundo del transporte marítimo de contenedores podría alargarse incluso hasta 2030, según los analistas de DNB Markets, citados por la agencia Reuters.
Las reducciones de personal, equivalentes al 9% de la plantilla, se deben a tarifas de flete más bajas y a una mayor competencia en el transporte marítimo. Alrededor de 6.500 de esos puestos de trabajo ya han sido eliminados, según Clerc.
Así, la reducción de personal ha supuesto pasar de 110.000 empleados a principios de 2023 a los 103.500 hoy. Ante el deterioro de las perspectivas para años venideros, Maersk ha añadido un recorte adicional de 3.500 empleos, 2,500 a realizar en los próximos meses y el resto en 2024, lo que dejará la plantilla por debajo de 100.000.
Maersk espera ahorrar más de 500 millones de euros a través de la reducción de los costes laborales, según el comunicado emitido este viernes. La compañía con sede en Copenhague también revisará su programa de recompra de acciones para 2024 y reducirá sus gastos de capital en 2023 y 2024.
Las líneas de contenedores se enfrentan a una caída abrupta de sus beneficios después de las ganancias récord registradas en 2021 y 2022, cuando la alta demanda de bienes de consumo durante la pandemia, junto con la oferta limitada de buques, hizo subir los precios de los fletes de manera desorbitada.