Un 20 cumpleaños es una buena ocasión para echar la vista atrás y hacer balance de un periodo tan significativo. En el caso del TMCD es más que significativo: ha supuesto realmente alcanzar la mayoría de edad desde su casi nacimiento. Fue en 2002 cuando, auspiciado por la política de transportes de la UE que perseguía un mayor equilibrio entre los modos de transporte, nació la Asociación Española de Promoción del Transporte Marítimo de Corta Distancia, con un fuerte apoyo de Puertos del Estado.
Hace ya 30 años, en 1992, las fronteras entre los estados miembros de la UE desaparecieron y ello originó cambios sustanciales en los sistemas de producción, aprovisionamiento y distribución, y de la logística en general. La movilidad de las mercancías se multiplicó de manera vertiginosa y el protagonista indiscutible de esta reconfiguración fue un transporte por carretera liberalizado, extremadamente competitivo y con una enorme capacidad de adaptación a las necesidades de sus clientes.
Pero la consecuencia fue una cuota modal de la carretera desequilibrada respecto al resto de modos y que requería una acción política. La creación de los Shortsea Promotion Centers fue una recomendación a los países miembros costeros para impulsar el desarrollo del transporte marítimo de corta distancia.
En España, el Shortsea Promotion Center tomó la forma de asociación, integrando a todos los agentes involucrados en una cadena de transporte intermodal marítima: navieras, puertos, transitarios, consignatarios, prestadores de servicios portuarios, cargadores, ….y, desde luego, el transporte por carretera, al que se deseaba atraer al modo marítimo para configurar cadenas de transporte más sostenibles sin perder eficiencia. Por eso desde su fundación, la Confederación Española de Transporte de Mercancías por Carretera, CETM, es miembro de SPC Spain.
Desde su creación, la Asociación Española de Promoción del Transporte Marítimo de Corta Distancia ha tenido como objetivo mantener e incluso ayudar a superar el nivel de competitividad del transporte por carretera, pero usando el buque a modo de infraestructura alternativa. El esfuerzo de todos estos años se ha dirigido a eso: a atraer al transporte por carretera, por una parte, y por otra, hacer que el TMCD fuera más y más competitivo, reduciendo o eliminando los obstáculos que lo dificultaban.
En los últimos 10 años el TMCD ro-ro, en el que los camiones suben a bordo de los buques para acercarse a su destino, ha aumentado un 75%. En esta década se ha desarrollado una tupida red de autopistas del mar y de otros servicios de carga rodada que permiten que casi 1 millón de vehículos pesados cada año embarquen en nuestros puertos para alcanzar sus destinos, liberando así a la red viaria y al medioambiente de sus externalidades.
“Confiamos en que el ecoincentivo sea un acicate adicional para desarrollar todo el potencial que el TMCD tiene para lograr un sistema de transporte europeo más sostenible”
En los intercambios con Italia ya son más de la mitad los camiones que utilizan las autopistas del mar frente a los que transitan por la frontera con Francia. Los camiones, los transportistas, son parte esencial del TMCD. Ellos confían en los servicios marítimos porque les ofrecen seguridad, fiabilidad, calidad de servicio, tiempos de transporte adecuados y precios competitivos. En definitiva, les facilitan cumplir las expectativas de sus clientes evitando los crecientes obstáculos a los que se enfrenta el modo carretera: restricciones horarias, saturación de infraestructuras, escasez de conductores, etc.
En este periodo el TMCD ha recibido apoyos tanto desde la Administración nacional como de la europea. Este año 2022 ha visto la luz un instrumento largamente demandado desde el sector, el programa de ecoincentivos, que otorga a los usuarios de cada servicio marítimo que cumpla los criterios de la convocatoria, una ayuda cuyo montante es función del beneficio medioambiental que genera hacer un tramo del trayecto por vía marítima, embarcando el camión en un buque. Confiamos en que este instrumento sea un acicate adicional para desarrollar todo el potencial que el TMCD tiene para lograr un sistema de transporte europeo más sostenible y medioambientalmente más respetuoso.
Los retos que se presentan en el horizonte de los próximos 10 años son transcendentales. Los ambiciosos objetivos medioambientales que la UE ha establecido, y la normativa que conllevan, así como los de OMI, obligan a avances tecnológicos impensables hace pocos años, y a una profunda transformación de la operación del transporte marítimo. En este escenario, resulta imprescindible contar con el apoyo de la administración y de todos los agentes involucrados, para consolidar y desarrollar aún más el éxito conseguido en estos 20 años por el TMCD. Estamos convencidos de contar con ello.