La naviera sueca Stena Line intensifica sus esfuerzos por la sostenibilidad ambiental con dos proyectos que ha llevado a buen puerto en los últimos días. El primero es el Stena Fuel Pilot, el asistente de inteligencia artificial para la navegación que reduce el consumo de combustible.
La compañía acaba de anunciar la introducción en el proyecto de dos buques más, el Stena Flavia y el Mecklenburg-Vorpommern. En total, son siete los operados mediante IA en Escandinavia, Alemania y el mar Báltico, con el objetivo de reducir el consumo y las emisiones hasta en un 5%.
El Stena Fuel Pilot comenzó como una prueba piloto en el Stena Scandinavica en la ruta Gotemburgo-Kiel en 2018. El asistente de IA combina inteligencia artificial, experiencia náutica y datos como corriente, olas, profundidad, viento, características de la embarcación y horario de la ruta. El ahorro de combustible es del 2% pero el potencial supera el 5%, según sus responsables. Ahora, la compañía planea desplegarlo en toda la flota.
Ferri propulsado por metanol azul
Por otro lado, la naviera nórdica se ha convertido en la primera en operar un ferri propulsado por metanol reciclado de los gases residuales del acero, el llamado metanol azul. Financiado por la UE, el proyecto FReSME explora las posibilidades de convertir CO2 en metanol a partir de la producción de acero para impulsar el transporte marítimo.
Stena es uno de los socios de esta iniciativa, que también incluye a la acerera sueca SSAB y al instituto sueco de investigación de metales Swerim. El Stena Germanica ha cubierto el trayecto entre los puertos de Gotemburgo (Suecia) y Kiel (Alemania) con este combustible como propulsor.
Para Erik Lewenhaupt, director de sostenibilidad de la naviera nórdica, el proyecto muestra que “hay formas de reducir drásticamente el impacto climático. Para nosotros, esta es otra prueba de concepto para nuestra conversión de metanol y un puente hacia el transporte libre de carbono”.
En 2015, Stena Line remotorizó el buque, un ferri ro-pax de 240 metros de eslora con capacidad para 1.500 pasajeros y 300 automóviles, con un motor dual que permitía el uso de metanol y diésel convencional. El 26 de marzo de aquel año comenzó a operar la ruta Gotemburgo-Kiel.
El metanol es un combustible fósil pero más limpio que el combustible marino tradicional. El azufre y las partículas se reducen en un 90% y el nitrógeno en un 60%.