Port de Barcelona ha trasladado unas 340 escalas anuales de cruceros y ferris al muelle Adossat, contando con las rutas de Baleària con Baleares ya traspasadas en abril. La autoridad portuaria ha puesto punto y final este lunes a la operativa de pasajeros en el muelle Barcelona Nord, junto al World Trade Center. El honor se lo ha llevado el World Navigator, de Mystic Cruises.
“Hoy es un día histórico porque no se volverán a ver cruceros o ferris en este muelle”, ha asegurado en el acto de despedida a pie de muelle el presidente del Port, Lluís Salvadó. El cierre del muelle Barcelona Nord para los cruceros es un “nuevo paso” para dar cumplimiento al acuerdo firmado en 2018 con el Ayuntamiento de Barcelona para reducir las emisiones y molestias que genera la actividad portuaria. “Y es una demostración clara de que el Port de Barcelona cumple con lo pactado”, ha añadido Salvadó.
Los compromisos alcanzados con el Ayuntamiento implican el alejamiento progresivo de la actividad de cruceros de las zonas urbanas, concentrándola en el muelle Adossat y haciéndola más sostenible a través del plan de electrificación de muelles conocido como Nexigen.
El Port abrirá el muelle a la ciudad el próximo otoño, una vez finalice la 37 edición de la Copa América, liberando así 630 metros de línea de muelle y aportando más de 13.600 metros cuadrados de nuevos espacios públicos.
Ya en 2018, la autoridad portuaria cerró la terminal de cruceros del Maremagnum, reduciendo de ocho a siete las terminales operativas. Ese mismo año, dejó de aceptar operativas de este tipo fuera de las terminales, limitando el número de escalas a un buque por terminal.
Además, se ha incentivado la llegada de los cruceros más modernos de la flota mundial, buques más sostenibles, que utilizan combustibles de transición como el GNL. Por otra parte, se ha continuado con las obras del muelle Adossat para concentrar en esta zona toda la operativa de cruceros a partir de finales de 2026, año en el que se cerrará la terminal actual del muelle Barcelona Sud.
El traslado de toda la operativa de cruceros supone unas inversiones de 270 millones de euros, de los que 152 corresponden a inversión pública y 125 millones a la privada. A estas inversiones hay que añadir las que el Port de Barcelona ya ha empezado a realizar para electrificar el muelle Adossat y que sumarán unos 80 millones de euros.