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martes, diciembre 3, 2024

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Port de Barcelona prepara una ordenanza para multar a los buques más contaminantes

El puerto de Barcelona aprobará una ordenanza ambiental que le permitirá sancionar a los buques que contaminen en exceso, una iniciativa “pionera” en el Mediterráneo, según ha explicado el presidente de la autoridad portuaria, Lluís Salvadó, a la agencia EFE. “El objetivo es incrementar los niveles de exigencia en el respeto hacia el medioambiente”, ha señalado Salvadó con relación a la normativa que el Port prepara “desde hace tiempo”, en coordinación con diversas administraciones, y que prevé que se apruebe tras el verano.

Salvadó ha señalado que hasta la fecha el puerto de Barcelona no ha contado con “herramientas para sancionar comportamientos inadecuados” y, si bien la finalidad de esta nueva ordenanza ambiental no será recaudatoria, admite que “contar con medidas impositivas siempre ayuda”.

Otro elemento innovador de la ordenanza es que con la ayuda de medios visuales se podrá vigilar a las embarcaciones mientras están en plena operativa, a diferencia de lo que sucede hasta ahora, que los barcos se inspeccionan de forma presencial solo cuando están parados, lo que permite a algunos intentar sortear las reglas. “¿Cómo se puede sancionar a alguien que lo está haciendo mal? Pues ya hay un puerto que hace una aproximación a partir de medios visuales”, relata Salvadó, que cita esta infraestructura (sin concretar cuál es, más allá de indicar que es asiática), como inspiración para la ordenanza del recinto catalán.

Con todo, se muestra confiado en que la sola aprobación de la nueva norma sea suficiente, de modo que no haya que llegar a imponer ninguna sanción. “La mejor manera de no aplicarla es que la comunidad portuaria sea consciente de que el Puerto de Barcelona puede hacerlo”, subraya.

En cualquier caso, recuerda que los buques más contaminantes no suelen ser cruceros, con una flota más moderna, sino otros, como petroleros o graneleros, habitualmente más antiguos, y que se construyeron con normativas diferentes de las actuales. De hecho, el 80% de los cruceros que llegan a la capital catalana no cargan agua porque disponen de desalinizadoras que generan la que necesitan durante el itinerario.

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