El ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha sacado a información pública a través del BOE la Estrategia Indicativa Ferroviaria, una reforma incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La iniciativa de Mitma persigue fortalecer la infraestructura ferroviaria mediante un marco financiero y de prioridades que den respuesta a las necesidades futuras de movilidad y sostenibilidad del sistema, y la consecución de un espacio ferroviario único europeo.
La estrategia, como instrumento sectorial de la planificación ferroviaria, se somete a un trámite de audiencia institucional de 30 días y a información pública durante un plazo de 45 días hábiles. Los interesados, asociaciones del sector, operadores, expertos, particulares, sindicatos y administraciones podrán presentar las alegaciones que consideren pertinentes como paso previo a la elaboración de la propuesta final. Esta será remitida al órgano ambiental que emitirá la Declaración Ambiental Estratégica, último paso antes de la aprobación definitiva.
Según explica el ministerio, la estrategia contempla movilizar 24.200 millones de euros en inversiones entre 2021 y 2026, y dibujar el primer escalón de la planificación para constituir un sistema coherente y eficaz, incorporando objetivos sociales, medioambientales y de eficiencia económica. Es decir, puntualiza el Mitma, que las decisiones de inversión respondan a análisis sistemáticos de evaluación de su rentabilidad socioeconómica.
De esta manera, se convertirá en el principal instrumento sectorial de la planificación de la infraestructura ferroviaria para los próximos años, en consonancia con la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030.
Entre otros objetivos, se persigue potenciar la red de transporte de mercancías, los corredores europeos y la interoperabilidad, con el fin de crear un espacio ferroviario único en toda la UE. Además, pretende corregir las carencias y desequilibrios de la red ferroviaria, “donde coexisten infraestructuras muy modernas con otras relativamente obsoletas y tramos al límite de su capacidad con otros claramente infrautilizados”. Por último, busca garantizar la interoperabilidad nacional e internacional con el desarrollo de los corredores TEN-T e impulsar actuaciones en favor del transporte intermodal.
Dos escenarios alternativos
La iniciativa plantea dos escenarios alternativos. El primero es de carácter continuista respecto a las inversiones llevadas a cabo hasta ahora, que han priorizado el desarrollo de la red de alta velocidad. El segundo propone reorientar las prioridades inversoras con un “mayor equilibrio” entre la alta velocidad y las actuaciones relacionadas con la movilidad cotidiana, el transporte de mercancías y la mejora de la red existente.
El documento concluye que el escenario que mejor se adecúa a los objetivos estratégicos pretendidos es este segundo escenario, “ya que contribuye de forma más eficaz a la mejora de la movilidad cotidiana de la ciudadanía y responde a los nuevos retos que se plantean al sistema de transportes en términos de seguridad, calidad, eficiencia y sostenibilidad ambiental y financiera”.
