A finales de 2021, el volumen de transporte de contenedores por ferrocarril entre Europa y China alcanzará el millón de teus. Según la UTLC Eurasian Rail Alliance, el operador más importante de la nueva ruta de la seda, el crecimiento en las mercancías transportadas se debe en gran parte a la estabilidad del transporte ferroviario frente al caos del modo marítimo.
“Una de las principales ventajas competitivas del ferrocarril en comparación con otros modos de transporte es la capacidad de permanecer estable incluso en tiempos difíciles. Durante la pandemia, las mejores cualidades competitivas del transporte ferroviario se han manifestado claramente: fiabilidad, regularidad, respeto al medio ambiente, rapidez de entrega, estabilidad de precios”, ha señalado Alexey Grom, su director ejecutivo, en una rueda de prensa con medios occidentales.
En 2021, la UTLC Eurasian Rail Alliance, una empresa conjunta de los ferrocarriles de Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, realizará el 80% del transporte ferroviario de la nueva ruta de la seda. A mediados de noviembre de 2021, esta cifra era de 573.000 teus transportados entre Europa y China. Al cierre del año, se llegará a 675.000 teus, frente a los 547.000 movidos el año pasado. Y la tendencia en el tráfico ferroviario entre Europa y China es seguir creciendo.
Con todo, el creciente tráfico ferroviario entre Europa y China supone poco más del 3% del total, estimado en 24 millones de teus
El valor total de los bienes transportados por la compañía con sede en Moscú superó el año pasado los 28.000 millones de euros. En 2021, ascenderá a unos 40.000 millones, el 5% del valor total del comercio entre Europa y China. Los principales productos transportados de este a oeste son la electrónica, los productos de ingeniería y los recambios para automóviles, además de plásticos, madera, textiles, ópticas, artículos de caucho, así como artículos de lujo.
Con todo, el creciente tráfico ferroviario entre Europa y China supone actualmente poco más del 3% del total, estimado en unos 24 millones de teus. Para Grom, resulta evidente que es necesario centrar los esfuerzos no solo en incrementar la velocidad del tren, sino también y sobre todo en abordar el problema de los cuellos de botella de los pasos fronterizos, así como diversificar los flujos de mercancías.
“Debemos mejorar constantemente el proceso de transporte y aumentar la competitividad de la ruta ferroviaria. Si hoy tuviéramos todas las capacidades necesarias en las fronteras europeas y kazajas, el volumen total de contenedores transportados podría ser un 20% mayor”, concluye.
