Los tráficos de mercancías de Port de Barcelona parecen haber tocado fondo en verano como consecuencia de la crisis del comercio mundial. El recinto barcelonés ha cedido un 12% en los ocho primeros meses del año, con un tráfico total de 42,8 millones de toneladas y 2,17 millones de contenedores, un descenso del 11,3% en teus.
Según subraya la autoridad portuaria que preside Lluís Salvadó, el flujo de contenedores y el tráfico total siguen lastrados por la caída de los tránsitos, reflejando la actual coyuntura económica y comercial mundial, que provoca caídas generalizadas en los recintos portuarios estatales y europeos.
En el lado positivo, destaca el buen comportamiento de la carga seca, automóviles y pasaje. El sólido a granel avanza 3,34 millones de toneladas, un 12,8% más que en el mismo periodo del año anterior. En especial, estos buenos resultados se deben a cereales y harinas (70%), cemento y clinca (37%), sal común (18%) y haba de soja (7,9%), que ha superado el millón de toneladas en el acumulado del año.
Por el contrario, el líquido experimenta un retroceso del 23% por el frenazo sufrido por todos los hidrocarburos sin excepción. El transporte de vehículos en régimen de mercancía, con 531.574 unidades entre enero y agosto (64%), sigue creciendo con fuerza tanto en el segmento de importación y exportación como en el cabotaje.
Las importaciones chinas caen un 15%
Los tráficos de Port de Barcelona con sus principales forelands también reflejan la inestabilidad del comercio global. China, el primer mercado del Port, ha reducido las importaciones en un 15% y las exportaciones en un 4,2%. Los intercambios con India crecen un 1,6%, y con Vietnam un 31%.
El tráfico de pasajeros también crece y sigue recuperándose de la caída sufrida durante la pandemia, con 3,5 millones de personas, un 40% más. Los pasajeros de ferri suman 1,3 millones, con cifras similares a las de 2022 en el caso del tráfico con Baleares, e incrementos de casi el 30% y del 49% en los intercambios con Italia y norte de África, respectivamente. Respecto a los cruceros, el movimiento se sitúa en 2,2 millones de personas.