Los primeros buques electrificados podrán conectarse a los muelles de Barcelona en 2022, según ha señalado este martes el responsable de Innovación del puerto de Barcelona, Carles Rua, en una jornada sobre el plan estratégico 2021-2024, aprobado recientemente por la autoridad portuaria. La electrificación del enclave contempla la construcción de una nueva subestación eléctrica, Ronda Litoral, confirmada por Red Eléctrica de España, y unas inversiones globales superiores a los 90 millones de euros en los próximos 10 años.
“Es nuestro proyecto estrella, es muy fácil de decir pero es un plan realmente muy complejo, un reto para los próximos años, porque implica que la mayoría de tráficos (cruceros, contenedores, ferris, car carriers…) van a estar conectados a la red; y esto tiene unas implicaciones muy importantes, vamos a tener que desarrollar una conexión eléctrica de alta tensión, una nueva central y luego la distribución hasta los puntos de conexión”, ha destacado Rua.
“Los primeros resultados los vamos a tener ya en 2022, cuando empezaremos a tener los primeros buques conectados en el puerto de Barcelona”, ha añadido Rua. A medio plazo, se prevé que la mitad de las terminales esté en condiciones de poder suministrar energía eléctrica a buques en atraque en el año 2025.
Más ferrocarril local e internacional
La intermodalidad y el transporte ferroviario es otra de las grandes apuestas de la infraestructura catalana para los próximos años, tal y como recoge el plan estratégico. En este sentido, el jefe de Estrategia, Jordi Torrent, ha puesto en valor el incremento del tráfico ferroviario experimentado en los últimos años. En total, el 12% de los contenedores que entran o salen del recinto portuario lo hacen por ferrocarril, una cifra que llega al 40% en automóviles.
“Hemos sido muy buenos en atraer al tren los tráficos que van más allá de Catalunya, como Aragón, Navarra, Madrid, sur de Francia…, y menos en el radio corto y tenemos una obligación de fomentar el tren en corta distancia y también internacionales, porque llegan pocos trenes internacionales al puerto de Barcelona y queremos incrementarlos con nuevos instrumentos y nuevos servicios en los próximos cinco años”, ha señalado Torrent.
Gracias al impulso dado al ferrocarril y a las autopistas del mar, ha añadido Rua, el puerto de Barcelona ha conseguido un ahorro de unos 750 millones de euros en 2020 en costes externos asociados a la huella de carbono y a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ambos responsables portuarios han repasado otros aspectos clave de la estrategia a seguir en los próximos años, con la vista puesta en el año 2040: el papel de las startups, el desarrollo de la economía azul, la formación y captación de talento, o la integración puerto ciudad y el futuro del Port Vell, entre otros.
