Los ministros de medio ambiente de la UE respaldan los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero propuestos por la Comisión Europea para la mayoría de las categorías de vehículos pesados en la revisión de las normativa actual, presentada por el ejecutivo comunitario en febrero de 2023.
Así, tal como quiere Bruselas, el Consejo apoya un objetivo de reducción de emisiones del 45% para los fabricantes en el horizonte de 2030, un 15% más que lo dispuesto en la normativa de emisiones actual. A partir de 2035, el objetivo propuesto es del 65%, y del 90% en 2040.
Todos los vehículos pesados nuevos estarán sujetos a estos objetivos de reducción de emisiones salvo los pequeños fabricantes y a algunos como los de la basura, construcción, minería, fuerzas armadas o bomberos.
IRU tilda de “poco realista” la posición de las instituciones de la UE. “En términos prácticos, esto significa que dentro de solo seis años, no más de la mitad de los camiones y autocares nuevos producidos tendrán las mismas tecnologías que vemos hoy en las carreteras, ignorando por completo la realidad de que la infraestructura para vehículos de cero emisiones no estará lista para un despliegue masivo en áreas urbanas y redes de carreteras de la UE”, destaca su portavoz en Bruselas, Raluca Marian. “Incluso el objetivo actual del 30% es difícil de alcanzar”, añade.
Respecto a los camiones de alta capacidad, vehículos más largos que las combinaciones estándar, para los que las alternativas de propulsión son hoy y en un futuro próximo limitadas, los ministros del ramo se han mostrado más flexibles.
En el caso de los autobuses urbanos, el Consejo ha rechazado el objetivo del 100% que proponía la Comisión Europea en 2035 y lo ha reducido al 85% en 2030. También hace una distinción importante entre autobuses urbanos e interurbanos, reconociendo las diferencias entre ambos.
Tal como pedía la industria, se ha anticipado la cláusula de revisión de los objetivos de 2028 a 2027, lo que dará tiempo suficiente a los nuevos líderes políticos de la UE que llegarán el próximo año a terminar el expediente antes de la fecha límite de 2030. Un expediente y unos objetivos que IRU considera “extremadamente ambiciosos”.
Esta posición del Consejo servirá como mandato para las negociaciones con el Parlamento Europeo, que acabarán determinando los objetivos concretos.
“Esperamos que el Parlamento Europeo sea capaz de adoptar un enfoque más pragmático. Los objetivos de emisiones que acuerde la UE tendrán repercusiones dramáticas para todos los sectores que forman la industria del transporte por carretera”, concluye Marian.
Antes de la votación decisiva de la próxima semana en la comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI), IRU ha organizado una mesa redonda con europarlamentarios en Estrasburgo para exponerles sus puntos de vista y la situación del sector.
Aval ecologista
Por su parte, los ambientalistas de T&E han aplaudido la posición del Consejo, que ha dado un “paso importante” hacia la descarbonización del transporte pesado respaldando los objetivos de emisiones propuestos por la Comisión.
La organización ha pedido a los eurodiputados que restrinjan la exención a pequeños fabricantes, ya que permitirá que alrededor del 20% de las ventas de vehículos pesados escapen a los objetivos climáticos de la UE.