Hapag-Lloyd ha cerrado los primeros nueve meses del año con unos beneficios de 5.600 millones de euros y un incremento de los ingresos del 70%, hasta los 15.000 millones de euros. La naviera alemana atribuye estos buenos resultados a los elevados precios de los fletes, que se han situado de media en 1.818 dólares por teu, frente a los 1.097 dólares del mismo periodo de 2020. El incremento es resultado de una demanda “persistentemente alta” de transporte de contenedores combinado al mismo tiempo con una escasa capacidad.
Por otro lado, los volúmenes de transporte han alcanzado los 8,9 millones de teus, un 3% superiores al mismo periodo del año anterior.
Los gastos también aumentan en este periodo, concretamente un 16%, hasta los 7.400 millones de euros. Ello se debe en parte a los mayores costes de manipulación de contenedores y al aumento del precio medio del combustible, que se situó en 452 dólares por tonelada frente a 402 dólares del año psado.
“Las cadenas de suministro mundiales están bajo una enorme presión, que se ha intensificado aún más durante la temporada alta”
“A pesar de todos los desafíos operativos, hemos logrado un resultado extraordinario y sólido en nueve meses. Sin embargo, las cadenas de suministro mundiales están bajo una enorme presión, que se ha intensificado aún más durante la temporada alta en el tercer trimestre. Esto también crea cargas operativas adicionales para los transportistas, puertos y terminales, pero, lo más importante, para los clientes. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar con las ofertas adecuadas y poner de nuestra parte para resolver la situación mediante inversiones específicas y una gestión de capacidad flexible”, ha señalado Rolf Habben Jansen, director ejecutivo.
De cara al resto del año, la compañía espera que las ganancias se mantengan en “niveles altos”. Así, la previsión de beneficios para 2021 se ha reajustado al alza, sitúandose entre 10.100 y 10.900 millones, frente a los 7.600 a 9.300 millones previstos inicialmente.