Los fletes no dan respiro al sector. El Valencia Containerised Freight Index (VCFI) vuelve a subir en febrero, hasta un 6,8% respecto al mes anterior y se sitúa en los 1.678 puntos. Es la cifra más alta desde el inicio de la serie histórica en enero de 2018.
El dinamismo del tráfico marítimo desde septiembre del año pasado está provocando escasez de contenedores vacíos en el mercado, algo que dificulta la reserva de espacios en los buques y dispara los fletes. Además, el precio de los combustibles ha iniciado una tendencia alcista desde finales del año pasado. Con esta coyuntura, todas las áreas analizadas por el VCFI, excepto una, han incrementado los fletes en el segundo mes del año.
Por lo que respecta a la demanda global, en enero (últimos datos disponibles) vuelve a crecer debido sobre todo al empuje de carga en los puertos chinos, según apuntan desde el estudio RWI/ISL que elabora el Instituto Leibniz de Investigación Económica. Sin embargo, en febrero, coincidiendo con la celebración del Año Nuevo Chino, se estima una reducción de la actividad comercial que afectará a la demanda y oferta de capacidad, aunque en menor medida que en años anteriores.
Además, el informe Good Trade de la Organización Mundial del Comercio señala la actividad del transporte marítimo continúa creciendo desde el inicio de este año. Este empuje del comercio marítimo desde septiembre provoca escasez de capacidad y de contenedores vacíos, lo que dificulta la reserva de espacios en los buques y presiona todavía más al alza los fletes.
Teniendo en cuenta la flota ociosa (inactiva por motivos comerciales), la cifra caería hasta el 1,1% a mediados de febrero, correspondiendo el resto a operaciones de reparación, mantenimiento, etc., según Alphaliner. Pese a estos niveles tan bajos, los problemas para contratar slots en los buques continúan.
Otro de los aspectos que marcan el alza de los fletes es el precio del petróleo que sigue con la tendencia creciente que inició en octubre. Así, el precio medio del Brent europeo en febrero fue de 62 dólares por barril, un 13% más que en enero. Un comportamiento similar tiene el bunkering, que desde el último trimestre de 2020 está creciendo hasta acercarse cada vez más a los niveles de finales de 2019.
