Las grandes navieras por las que pasa más del 50% del comercio marítimo mundial han unido sus voces para acelerar la descarbonización los océanos. En una acción sin precedentes, los consejeros delegados de MSC, Maersk, CMA CGM, Hapag-Lloyd y Wallenius Wilhelmsen han firmado un manifiesto conjunto durante la COP 28 de Dubai, en la que piden a gobiernos e instituciones que fijen una fecha límite para la construcción de nuevos buques propulsados por combustibles fósiles.
En la declaración, instan a la Organización Marítima Internacional (OMI), a crear las condiciones normativas necesarias para “acelerar la transición a los combustibles ecológicos”.
La importancia de que el transporte marítimo alcance los objetivos de la OMI para 2030, 2040 y cero emisiones netas para 2050 es “muy clara”, señalan. La única forma realista de alcanzar esos objetivos para un sector que representa entre el 2 y el 3% de las emisiones de GEI es la transición de los combustibles fósiles a los ecológicos “a gran escala y a buen ritmo”, sostienen las cinco navieras.
Sus cinco directores generales están convencidos de que una colaboración “aún más estrecha” con los reguladores de la OMI producirá las medidas políticas “efectivas y concretas” necesarias para respaldar la inversión en el transporte marítimo y sus industrias auxiliares.
La declaración conjunta establece cuatro “piedras angulares” para la descarbonización del sector. La primera pasa por imponer una fecha límite para la construcción de nuevos buques propulsados por combustibles fósiles, y un “calendario claro” para la Norma de Intensidad de GEI, que inspire confianza en la inversión, tanto para los nuevos buques como para la infraestructura de suministro.
Además, piden un mecanismo “eficaz” de fijación de precios de los GEI para que el combustible ecológico sea competitivo frente al fósil durante la fase de transición, cuando se utilicen ambos. Esto puede hacerse, dicen, distribuyendo la prima de los combustibles verdes entre todos los combustibles fósiles utilizados. Con volúmenes iniciales bajos se minimizan los efectos inflacionistas.
El mecanismo también debe ofrecer un incentivo normativo cada vez mayor para lograr mayores reducciones de emisiones. Además, los ingresos generados por el mecanismo deben destinarse a un fondo de I+D+i y a inversiones en los países en desarrollo “para que no deje a nadie atrás”.
En una acción sin precedentes, los principales actores del sector del transporte marítimo expresan su convicción compartida de que la regulación puede desempeñar un “papel clave” en la mitigación del coste de la transición ecológica, y esperan que se les unan otras empresas.
“A.P. Moller – Maersk quiere acelerar la transición verde en el transporte marítimo y la logística y un próximo paso crucial es introducir condiciones reguladoras que garanticen la mayor reducción de emisiones por dólar invertido”, explica Vincent Clerc, consejero delegado de Maersk.
Por su parte, Soren Toft, director general de MSC, afirma que “el transporte marítimo está a la vanguardia de la innovación tecnológica en lo que respecta a la descarbonización y en MSC nuestra estrategia de renovación de la flota incluye 100 buques de doble combustible”.
Para Rodolphe Saadé, presidente y consejero delegado de CMA CGM, se trata de un “hito ambicioso para la descarbonización de nuestra industria; al colaborar con otras grandes navieras, cada uno de nosotros da un nuevo paso en nuestra transición energética”. Rolf Habben Jansen, de Hapag-Lloyd
“creemos que un marco regulatorio y objetivos claros son cruciales para acelerar la introducción de combustibles alternativos y reducir nuestra huella de carbono”.
Finalmente, Lasse Kristoffersen, de Wallenius, “hemos decidido ser protagonistas del viaje hacia la neutralidad y centrar nuestras inversiones en apoyar esta ambición. Nuestros clientes quieren acompañarnos en el viaje”.