La comisión ENVI ha presentado al Parlamento Europeo una propuesta para la ampliación del régimen de comercio de derechos de emisión al transporte por carretera (ETS II) que solo cubre el transporte comercial y dejo de lado a los vehículos privados.
Para evitar que los ciudadanos europeos tengan que soportar costes energéticos adicionales, la propuesta de los eurodiputados de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria pasa por que el transporte privado no entren en el nuevo RCDE antes de 2029, y solo estén sujetos a una evaluación “exhaustiva” por parte de la Comisión, seguida de una nueva propuesta legislativa acordada por el Consejo y el Parlamento.
En opinión de la International Road Union (IRU), se trata de una propuesta “poco práctica y comprometida”, ya que, en la práctica, distinguir en el surtidor entre el transporte privado y el comercial será “casi imposible”, especialmente para los vehículos ligeros.
Si la propuesta sale adelante, el ETS II afectará a unos 35 millones de vehículos comerciales y dejará fuera a 300 millones de automóviles, “lo que le privará de cualquier impacto real”, sostiene IRU. Además, será un ejercicio “ineficiente y costoso” para la UE, dado que limitará la recaudación de fondos para financiar los objetivos climáticos.
“La comisión ha perdido la oportunidad de proponer al pleno un ETS II que pueda cumplir sus objetivos y en su lugar propone un sistema poco práctico y en gran medida inaplicable”
RALUCA MARIAN, PORTAVOZ DE IRU EN BRUSELAS
La organización sugiere cambios “cruciales” a los legisladores para que la propuesta pueda alcanzar sus objetivos. En particular, una introducción gradual del ETS, en consonancia con la evolución de la tecnología y la infraestructura de tarificación; evitar los impuestos o cargas múltiples a las emisiones de CO2; y reinvertir en el sector los ingresos obtenidos por los derechos de emisión sobre el transporte por carretera.
De hecho, en lugar de establecer un incentivo para descarbonizar la carretera, el ETS II penalizaría a los operadores de transporte si no se dan las condiciones básicas para cambiar a vehículos limpios: que haya vehículos de cero emisiones disponibles y asequibles en número suficiente; y que exista una densa red de infraestructura de recarga.
“Sorprende ver cómo ENVI ha ignorado por completo la opinión crítica de la comisión de Transportes. Ha perdido la oportunidad de proponer al pleno del Parlamento un ETS II que pueda cumplir sus objetivos y en su lugar propone un sistema poco práctico, en gran medida inaplicable. También envía una fuerte señal contraproducente a los ciudadanos y las empresas de la UE en contra del papel vital del transporte público, la movilidad colectiva y el transporte de mercancías eficiente en la ecologización de nuestras carreteras”, señala Raluca Marian, portavoz de IRU en Bruselas.