La industria química se consolida como principal exportador de la economía española (por CNAE), acumulando casi el 20% del total de las exportaciones industriales. Así, las químicas lideran el ranking exportador español por segundo año consecutivo, seguidas por los sectores de automoción y alimentario. Así lo ha explicado este miércoles la presidenta de Feique, Teresa Rasero, que ha presentado los resultados de 2022 y ha repasado la situación actual de la industria química.
En 2022, el valor de las exportaciones de la industria química ha aumentado un 29% hasta los 63.626 millones de euros, a pesar de exportar menos que en 2021.
En su conjunto, el sector químico español ha incrementado la cifra de negocio un 16%, hasta prácticamente los 90.000 millones de euros, aunque no por vender más, sino por hacerlo a precios más elevados ante la escalada de los costes, fundamentalmente los energéticos. El consumo interno de productos químicos también se ha acelerado como consecuencia de la inflación hasta casi 2.000 euros por habitante y año.
Sin embargo, la producción apenas ha crecido un 0,9% respecto a 2021, un desplome iniciado en el segundo semestre por los elevados costes energéticos y la invasión de Ucrania, pese a cerrar el año anterior en positivo.
Los precios de venta de los productos químicos han continuado en 2022 la senda de 2021, cerrando el año con un crecimiento del 18%. Los altos costes del gas y la electricidad son la causa principal de este comportamiento, ya que en la química básica crecen un 31%, y en las actividades menos intensivas en energía, como farmaquímica, solo el 2,2%.
Menos carga y más paradas intermitentes
En la química básica reside la gran preocupación del sector. Esta es la que concentra mayores necesidades energéticas y, por lo tanto, la más afectada por los altos precios. Si bien mantuvo hasta marzo de 2022 un crecimiento productivo positivo, a partir del segundo semestre empezó a experimentar reducciones de carga en las plantas y paradas intermitentes en múltiples instalaciones.
Esto se debe a no poder trasladar al mercado, con una demanda cada vez más débil, el incremento de los precios energéticos, y particularmente del gas.
“No producimos más, sino que, lamentablemente, tenemos que producir más caro. En el caso de la química básica, ni siquiera somos capaces de trasladar el incremento de los costes energéticos. Piensen tan solo que, en 2022, el precio medio de la electricidad pasó de 112 a 168 euros/MWh, y el precio del gas se multiplicó casi por tres, pasando de 46 a 134 euros/MWh”, ha lamentado Rasero.
Respecto a los mercados internacionales, el sector químico estuvo expuesto a los mismos condicionantes que en el mercado interior, pero con mayor virulencia, ya que los precios fueron incluso superiores.