IRU ha tildado de “pequeños avances” el acuerdo alcanzado por la UE para el desarrollo de electrolineras e hidrogeneras, la infraestructura de combustibles alternativos (AFIR) necesaria para descarbonizar el transporte por carretera en la UE. La Organización Internacional del Transporte por Carretera celebra el aumento de la inversión comprometida por los estados, aunque cree que la propuesta “no es lo suficientemente ambiciosa”.
El acuerdo incluye varios capítulos clave en el desarrollo de electrolineras e hidrogeneras en la red transeuropea de transporte (TEN-T), en áreas de estacionamiento seguras y protegidas y en nodos urbanos.
Según el acuerdo, la infraestructura de recarga eléctrica para vehículos pesados (HDV) debe desplegarse cada 120 kilómetros en el 15% de la longitud total de la red TEN-T para finales de 2025. Después de ese año, la distancia se reducirá a 60 kilómetros en el núcleo central de la red y a 100 kilómetros en la red integral.
IRU acoge con satisfacción el aumento del objetivo inicial del 40% propuesto por el Consejo en 2027 al 50%, y del 100% en 2030. “Lo que podemos concluir es que los legisladores están comprometidos con la electrificación de la flota de vehículos pesados de la UE a partir de 2030. Entonces podremos hablar sobre la posibilidad de una adopción seria de vehículos eléctricos, particularmente en transportes de media y larga distancia”, puntualiza el portavoz en Bruselas, Raluca Marian.
La organización que agrupa a las patronales europeas del transporte por carretera, entre ellas, las españolas Astic y CETM, había instado a que las fechas del despliegue de electrolineras e hidrogeneras estuviera “lo más alineada posible” para facilitar la transición energética al sector. “Desafortunadamente, lo vemos como una oportunidad perdida”, lamenta Marian, para quien el acuerdo alcanzado “es el mejor que se pudo lograr dada la reticencia de los estados a comprometer sus presupuestos”.