Un informe de la Unión Internacional de la Carretera (IRU) revela el “continuo impacto catastrófico de la pandemia en el sector, que se traduce en “un riesgo muy alto de impago e insolvencia en todo el mundo”. En una escala de riesgo de uno a diez, todas las regiones del mundo se encuentran en los niveles más altos, nueve o diez. Esto apunta a una inminente ola de quiebras en el transporte por carretera, que tendrá un “efecto devastador” en la economía mundial y su capacidad para recuperarse de la pandemia.
La investigación apunta a que las pérdidas mundiales han aumentado a 679.000 millones de dólares en el transporte de mercancías y al menos 500.000 millones de en el transporte de pasajeros.
La situación es especialmente desastrosa en Europa, donde las pérdidas de los operadores de transporte de mercancías se han disparado en dos tercios desde el verano, hasta alcanzar los 125.000 millones de dólares. Si no se adoptan medidas inmediatas, lo normal es que estas aumenten durante la segunda ola de la pandemia.
“La gran mayoría de los más de 3,5 millones de empresas de transporte por carretera que representamos son pequeñas y medianas empresas, y son el pegamento que mantiene unidas las cadenas de suministro y las redes de movilidad mundiales”, según el secretario general de IRU, Umberto de Pretto. “La mayoría de ellas están luchando por pagar sus facturas. Esto es una enorme amenaza para la economía mundial”, sentencia.