Innovación ante la incertidumbre en la cadena de gran consumo

Vivimos tiempos de más incertidumbres que certezas. La volátil situación del mercado, la menor disponibilidad de las materias primas, la subida de los precios de la energía y una inflación que ha alcanzado su mayor nivel desde hace 30 años marcan el contexto actual que podemos definir como de inquietud permanente.

La cadena de gran consumo, como sector económico esencial en nuestro país, está siendo una de las más afectadas, pero no por ello ha dejado de progresar y servir a la sociedad. La distribución alimentaria y de otros bienes de gran consumo ha vuelto a demostrar su capacidad para responder con rapidez y para adaptarse a las nuevas y cambiantes reglas del mercado.

Y decimos ha vuelto porque no es la primera vez, este comportamiento del sector no es algo eventual. No olvidamos el esfuerzo realizado y la robustez exhibida por toda la cadena de valor durante la pandemia, respondiendo con una operatividad encomiable a nuestras necesidades y demandas como sociedad y ciudadanos.

Ante acontecimientos inesperados que remueven los cimientos aparentemente seguros de nuestra realidad, el gran consumo vuelve a mostrar su compromiso con la ciudadanía al ponerse en primera fila, actuando como dique de contención ante los incrementos de los precios en origen. Siempre demostrando su capacidad para afrontar los nuevos desafíos de forma innovadora, eficiente y contundente.

“La innovación en la cadena de gran consumo en los últimos años pivota sobre la sostenibilidad medioambiental, la cohesión social y territorial, el foco en cubrir las necesidades del consumidor y la eficiencia en los procesos de suministro y distribución”

Ahora el consumidor, apremiado por la coyuntura económica, ha vuelto a dar una vuelta de tuerca a sus hábitos y demandas. Y los diferentes eslabones de la cadena de gran consumo han asumido que, a pesar de las circunstancias, el reto debe ser transmitirle confianza, aportar valor añadido y responder a sus nuevas necesidades. Para ello, siempre, pero ahora con más motivo, la innovación vuelve a colocarse como una herramienta imprescindible.

Hablamos de todos los eslabones porque la innovación no solo implica beneficios para quien la lleva a cabo de forma directa, sino que es condición necesaria para el éxito y la consolidación de todo el sector, incluyendo, por supuesto, al consumidor. La innovación implica una mayor inversión, que, finalmente, tiene recompensa. No solo porque es una oportunidad de crecimiento, sino porque es un certero salvavidas en épocas de crisis como la de ahora.

En la sexta edición del Observatorio de Innovación de Gran Consumo, ante la complejidad del contexto actual, el Institut Cerdà quiere resaltar los cuatro motores de cambio que han incentivado la innovación en la cadena de gran consumo en los últimos años: la sostenibilidad medioambiental, la cohesión social y territorial, el foco en cubrir las necesidades del consumidor, y la eficiencia en los procesos de suministro y distribución.

El futuro nunca ha sido seguro y con incertidumbre todavía lo es menos. Ahora no es posible determinar la evolución de nuestro sector. Sin embargo, esta incertidumbre nos descubre un mañana ilusionante para la innovación, la creatividad y la colaboración entre todos los agentes de la cadena. Y esta edición, y las prácticas seleccionadas en ella, son un ejemplo muy real de que el sector de gran consumo está preparado para afrontar, desde ya, riesgos e incertidumbres. Porque el mañana es hoy y el futuro es nuestro.

carles cabrera institut cerda
CARLES CABRERA
DIRECTOR GENERAL INSTITUT CERDÀ