El puerto de Ferrol-San Cibrao ha cerrado el año 2020 con diez millones de toneladas cargadas y descargadas en sus instalaciones, un 10% menos que el año anterior, en línea con el descenso acusado por el conjunto de los puertos españoles. Sin embargo, esta cifra es “sustancialmente mejor” que la prevista en el plan de empresa, gracias a los graneles líquidos y al movimiento de contenedores en la terminal de Caneliñas.
La autoridad portuaria recuerda que “el noroeste gallego está sufriendo no solo la crisis sanitaria, sino también la derivada de la salida abrupta del mix energético de las centrales térmicas”. Según datos todavía provisionales, las empresas que operan en los muelles de Ferrol y San Cibrao estibaron y desestibaron entre el 1 de enero y el 31 de diciembre pasados 10,03 millones de toneladas de materias primas, materiales y productos. Ello supone un 10,4% más que el escenario estimado en el plan de empresa, que apenas superaba los nueve millones.
Mientras los graneles sólidos se han desplomado un 21%, y la mercancía general, un 6,5%, los líquidos se han disparado un 27%, hasta superar los 2,9 millones de toneladas. Se trata de la cota más alta de la historia de Ferrol, que se debe a las importaciones de gas natural licuado.
También en 2020 se ha batido el récord de contenedores, con un 50% más, aunque los volúmenes son modestos, de 8.277 a 12.473 teus (un 35% más en toneladas: 129.237). En poco más de dos años, la terminal de contenedores de Caneliñas ha pasado de disponer de una única línea regular a tres.
“La entrada en servicio de Caneliñas nos ha permitido abrir realmente el abanico de productos importados y exportados en nuestras instalaciones, un gran salto cualitativo que también lo será cuantitativo. Sin duda el transporte en esta modalidad es clave en el mundo actual”, ha asegurado el presidente de la APFSC, Indalecio Seijo.