Los transportistas portavehículos han lanzado una llamada de socorro ante la parálisis que sufre el sector de la automoción por la falta de semiconductores. Según Fenadismer, esta situación pone en la picota al millar de empresas transportistas y autónomos (con una flota de unos 3.900 vehículos) dedicados a la logística de vehículos nuevos.
La asociación española de transportistas de portavehículos Transportave celebrará una asamblea en septiembre para abordar el problema y buscar soluciones.
A diferencia de otras especialidades de transporte, las características técnicas de los camiones portavehículos los hacen incompatibles con otro tipo de actividad. A esto se suma la mayor carga financiera que soportan debido a la elevada inversión que deben acometer. Entre el camión y el remolque carrozado supera los 200.000 euros, un 50% más que un tren de carretera convencional.
La federación asegura que en las últimas semanas cientos de asociados le han transmitido su “enorme preocupación y desesperación” por la paralización de la actividad. Primero fue la planta de Seat en Martorell, que tuvo que detener parcialmente su producción a mediados de agosto, y más tarde se han sumado las de Citroën-Peugeot en Vigo y de Opel en Figueruelas. La última, esta misma semana, la fábrica de Mercedes-Benz en Vitoria, pese a que acaban de retomar la actividad tras el parón estibal.
Según datos de Anfac, en junio la falta de microchips provocó una caída de la producción del 18% respecto a junio de 2020, cuando las fábricas estaban todavía recuperando el pulso tras el confinamiento. Comparado con junio de 2019, antes de la pandemia, la caída es del 33%.