Las quejas de las organizaciones de transportistas ante las restricciones impuestas por las comunidades para frenar la pandemia se suceden. La última en hacerlo ha sido la Federación Gallega de Transportes de Mercancías, que ha vuelto a pedir a la Xunta medidas excepcionales para que la hostelería pueda atender a los conductores profesionales en ruta.
Fegatramer considera que, al igual que ocurrió en el confinamiento de la pasada primavera, “estos trabajadores son los grandes olvidados, una vez más parecen olvidarse de que tienen que asearse, comer y cenar a diario fuera de sus domicilios, que están sujetos a una concreta regulación de sus tiempos de conducción y descanso”. Por ello, añaden, en la medida que se generaliza el cierre de los establecimientos de venta al por menor y se cierra la hostelería a partir de las seis de la tarde, “se quedan tirados en la carretera”.
Los transportistas gallegos advierten del impacto que supondría un brote de covid en un centro logístico o en las empresas de transporte que distribuyen productos sanitarios y medicamentos. “A nadie se le escapa que es normal que estos trabajadores, que prestan un servicio esencial para el abastecimiento de la población, deben necesariamente continuar prestando sus servicios, a pesar del covid, asumiendo el riesgo de contagio que supone, pues de lo contrario se produciría un desabastecimiento y colapso del sistema”, arguyen.
Además de reclamar la apertura de restaurantes y cafeterías situados en áreas de descanso, gasolineras y anexos a áreas de aparcamiento de vehículos de transporte, la patronal gallega exige que se proteja a los trabajadores prohibiendo su participación en las actividades de carga y descarga de camiones. Finalmente, también solicitan la vacunación prioritaria del personal que interviene en la cadena logística de distribución de productos sanitarios.