En España el transporte es una de las actividades que genera mayor cantidad de gases de efecto invernadero. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, de cada 100 millones de toneladas de CO2 que cada año hay que eliminar en nuestro país, 28 millones provienen de este sector y, en los últimos 15 años, solo ha reducido las emisiones un 8%. Mientras tanto, otras industrias han disminuido sus emisiones en más de un 30%.
Estas cifras ponen de manifiesto que es esencial impulsar los combustibles alternativos en el transporte pesado, y más aún en su versión renovable, para avanzar en el objetivo Fit for 55 de la Unión Europea.
Sin embargo, el reto de la descarbonización del transporte va más allá y los fabricantes de vehículos industriales y las corporaciones locales, junto con las tecnologías, juegan un papel relevante en este proceso. Actualmente, contamos con innovaciones para conseguirlo, como los motores 100% autogás o biopropano. Pero es necesario que se implementen las iniciativas legislativas y fiscales adecuadas para acelerar la transición, al tiempo que se difunden las ventajas técnicas, económicas y ambientales para avanzar hacia una movilidad limpia.
No hay que olvidar que todas las energías de bajas emisiones serán necesarias para alcanzar los objetivos de neutralidad climática. De todas ellas, el gas licuado de petróleo (GLP), también conocido como autogás, es considerado uno de los principales combustibles alternativos con potencial para sustituir al petróleo, lo que proporciona al sector del transporte la solución perfecta para las flotas de autobuses y camiones urbanos pesados.
Contemplado como una energía alternativa por la directiva 2014/94/UE y recogido en el Marco de Acción Nacional de Energías Alternativas en el Transporte, el autogás es el combustible alternativo más usado en el mundo porque ofrece las mismas prestaciones que los carburantes tradicionales, pero, también, por sus ventajas económicas y medioambientales.
“Estas cifras corroboran que el autogás, y su versión renovable biopropano, son soluciones estratégicas y sostenibles para el sector del transporte urbano pesado”
Esas razones son las que han llevado a instalar motores propulsados por autogás en vehículos urbanos pesados de varias ciudades. Concretamente, el motor EVO 3 de ocho cilindros de BeGas. Para seguir en esta línea es fundamental que instituciones, ayuntamientos y empresas trabajemos en una misma dirección, con objetivos definidos y reales a corto, medio y largo plazo.
Una forma de hacerlo es a través del retrofit, que consiste en realizar modificaciones en los vehículos ya matriculados, para que estos sean más sostenibles a un coste menor. De este modo, las empresas y entidades locales conseguirán alargar de manera sostenible la vida útil del vehículo. Y es que con la introducción de motores como los de BeGas se consigue evitar la generación de más de 80.000 kg de residuos en una pequeña flota de cinco camiones.
Por otro lado, para aquellas organizaciones que quieran integrar un motor propulsado por autogás o biopropano desde el inicio, BeGas también instala sus motores en vehículos nuevos, reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera hasta en un 80% gracias al uso del biopropano. Otro factor determinante en cuanto a su aportación a la sostenibilidad económica de las flotas es el precio del autogás, aproximadamente un 45% más económico que el litro de diésel, lo que permite un ahorro de hasta el 36% en los gastos de explotación de combustible.
Estas cifras corroboran que el autogás, y su versión renovable biopropano, son soluciones estratégicas y sostenibles para el sector del transporte urbano pesado y la descarbonización de las actividades asociadas al mismo. Y lo más importante, también permite que todas las corporaciones locales se sumen a esta transición sin necesidad de invertir grandes presupuestos.
