El tráfico de mercancías del puerto de Róterdam, primer recinto europeo en movimiento de carga, ha retrocedido un 5,5% en la primera mitad del año, hasta los 220,7 millones de toneladas, frente a los más de 233 millones gestionados en el mismo periodo de 2022. La caída se da principalmente en carbón, contenedores y otros graneles sólidos. En cambio, el rendimiento en agroalimentarios a granel, mineral y chatarra de hierro, y GNL ha aumentado, según los datos facilitados por Port of Rotterdam Authority.
El rendimiento en carga seca a granel recula un 11,7% en el primer semestre, con una caída en el tráfico de carbón del 14,5%, hasta 12,4 millones de toneladas, por la baja demanda de carbón energético. Tanto en Países Bajos como en Alemania, principal destino del carbón, las fuentes renovables como la eólica y la solar se han utilizado más en el último medio año.
Por su parte, el tráfico de chatarra y mineral de hierro crece un 8,9 %, hasta 13 millones de toneladas, a pesar de la baja demanda de mineral de hierro de las acerías neerlandesas, compensadas por las exportaciones a Turquía, donde la producción de acero se ha reanudado con fuerza tras el terremoto de febrero.
La carga líquida cae ligeramente, con el petróleo ruso reemplazado por completo por crudo de EEUU, Noruega, África y Oriente Medio. El gas ha aumentado un 9,8% hasta 5,9 millones de toneladas, la mayor parte originario de EEUU.
El puerto de Róterdam reduce el tráfico de contenedores en un 9,3% en toneladas, hasta 64 millones, y el 8,1% en teus, hasta 6,7 millones, debido al fin de los intercambios con Rusia y la caída de las importaciones desde Asia.
Por último, la carga rodada corrige un 3,2% hasta los 13,3 millones de toneladas por la débil demanda del mercado británico. La mercancía general desciende un 11,5%.
Más capacidad en contenedores
En el primer semestre de 2023 se han firmado los acuerdos para la ampliación de las terminales de contenedores en Prinses Amaliahaven, que dará como resultado una capacidad adicional de cuatro millones de teus. Según la autoridad portuaria, el “sólido desempeño económico” del primer semestre la sitúan en condiciones de seguir invirtiendo en la transición hacia energías más limpias y mejorar la accesibilidad por tierra.
“A pesar de las incertidumbres y las tensiones geopolíticas, se han logrado importantes avances en la generación de nuevos terrenos y espacios en los muelles para dar cabida, entre otras cosas, a la producción e importación de hidrógeno verde y capacidad adicional en contenedores. Se ha dado un paso importante con la cesión de suelo en Prinses Amaliahaven a APM Terminals y RWG. Queremos proporcionar a nuestros clientes el espacio y las instalaciones necesarias para que puedan seguir operando y creciendo de manera sostenible”, afirma Boudewijn Siemons, director ejecutivo interino y director de operaciones.
Los ingresos, procedentes principalmente de tasas portuarias y alquileres y arrendamientos, se elevan a 416 millones de euros, ligeramente más altos que en el primer semestre de 2022. Los gastos operativos aumentan hasta los 134 millones, lo que deja unos beneficios brutos de 281,9 millones de euros, seis millones menos que hace un año.
