El paro de transportistas ha causado ya daños por valor de 600 millones de euros, a razón de unos 130 millones al día, según Aecoc. Las empresas de la cadena de valor de la alimentación y el gran consumo alertan que el recrudecimiento de las acciones de los convocantes de la protesta está teniendo un efecto “devastador” sobre toda la cadena de suministro de alimentación (sector primario, industria, transporte y distribución).
Además, se está perjudicando a sectores igualmente afectados por el actual escenario inflacionista, y hay más de 100.000 puestos de trabajo en peligro.
La patronal de la distribución alerta que en las próximas horas comenzarán los problemas de abastecimiento de productos, lo que afectará al suministro a las cadenas distribuidoras, así como al canal Horeca, que ya estaba fuertemente castigado por la pandemia.
En particular, la mercancía perecedera es la más afectada, causando “estragos” en los sectores de frescos y en áreas geográficas con gran arraigo sectorial, como Andalucía, Galicia, zona norte del país, Extremadura y Levante. Solo en Almería el sector hortofrutícola está perdiendo en torno a 10 millones de euros al día. En Huelva cifran que cada camión de frambuesa contiene unos 100.000 euros en producto y los de fresa 50.000, “y son muchos los que no están consiguiendo salir”, señala la organización que aglutina a las principales empresas distribuidoras de España.
Los exportadores se quejan también de que no les están permitiendo transportar el producto hacia otros mercados.
Situación crítica en lonjas, cárnicas y lácteas
También los puertos y lonjas están teniendo serias dificultades para operar. Solo el puerto de Celeiro (Lugo) tiene este viernes 140 toneladas de pescado “que si no puede sacar se van a echar a perder”. Cada barco tiene un valor estimado de 60.000 euros y, aunque pierda la venta, debe hacer frente a los salarios mínimos, cotizaciones, etcétera. “Este puerto tiene más de 1.000 trabajadores que si el conflicto se alarga pueden ver amenazados sus puestos de trabajo”, subraya la organización.
Con la misma preocupación e impacto está afrontando la situación el sector cárnico y ganadero español. En algunas zonas, especialmente en Galicia, no se recoge leche en las granjas, hay graves problemas de abastecimiento de piensos para el ganado, “y la agresividad de quienes secundan la huelga está impidiendo que muchos otros transportistas autónomos ejerzan su derecho al trabajo”, advierten las empresas de gran consumo.
Por su parte, asociaciones y empresas de la industria alimentaria continúan reportando incidentes y problemas operativos que ya están obligando a parar la actividad de los centros de producción.
Ante la gravedad de la situación, las asociaciones que integran la cadena de valor agroalimentaria y del gran consumo (cooperativas, FIAB, Aecoc, Asedas, ACES y Anged) piden al Gobierno la “máxima contundencia” ante acciones que “están causando pérdidas millonarias, poniendo en peligro miles de negocios y desestabilizando el contexto económico y social del país”.
El sector concluye que es momento de “aunar esfuerzos para reivindicar y agilizar la aprobación de un plan especial de ayudas al sector”, en línea con los aprobados en países como Francia o Italia.
