Los vehículos de transporte propulsados por gas natural licuado no son mejores para el medio ambiente que los diésel convencionales y contaminan “mucho más” de lo que afirman los fabricantes. Así lo afirma Transport&Environment en base a un estudio encargado por la propia organización ambientalista con pruebas reales en carretera.
El camión S-Way LNG de Iveco emite un 13,4% más de gases de efecto invernadero que su equivalente diésel Stralis durante un periodo de 20 años, según los análisis realizados. Como el metano tiene un impacto sobre el calentamiento global mucho mayor que el CO2 en los 20 años posteriores a su emisión, el informe del IPCC sugiere que “reducirlo rápidamente es crucial para evitar aumentos catastróficos de la temperatura”.
El ahorro en emisiones del camión de gas es “insignificante”, según la Universidad Técnica de Graz, que ha efectuado pruebas sobre el CO2, el metano y el óxido nitroso que emiten los tubos de escape. Durante un periodo de 100 años, cuando el metano es mucho menos potente, el camión de GNL emite apenas un 7,5% menos que el diésel.
A la vista de estos datos, la entidad ha pedido a la UE que elimine las estaciones de suministro de gas de los objetivos de infraestructura de combustible de la UE, y que se pongan fin a los “generosos” subsidios a los camiones de GNL en toda la Unión.
“Los camiones de gas son un callejón sin salida para reducir las emisiones e incluso empeorarán la crisis climática actual. Solo los vehículos libres de emisiones son capaces de descarbonizar el transporte por carretera. Es hora de que las estaciones de servicio de gas se eliminen de los objetivos de infraestructura de la UE y de que los gobiernos dejen de incentivar la compra de camiones de GNL”, señala Fedor Unterlohner, gerente de carga de T&E.
El biogás tampoco es la solución
Además, el estudio advierte que alimentar los camiones europeos con gas renovable no es una opción. La demanda de biometano en los seis principales países europeos (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, España y Polonia) superaría con creces la cantidad disponible, “incluso con generosos subsidios”.
Por último, el vehículo de GNL también es “mucho peor” por las emisiones de partículas que causan cáncer, tanto en las ciudades como en las carreteras rurales. En las pruebas de T&E, este emitió 37 veces más partículas ultrafinas (que penetran profundamente en el cuerpo y están relacionadas con tumores cerebrales) que el diésel. Y aunque el camión de gas se desempeña mejor que el diésel en cuanto a emisiones de NOx, no genera los ahorros del 90% que aseguran los fabricantes.
T&E insta a la Comisión Europea a fijar una fecha en la que todos los camiones nuevos deban ser de cero emisiones cuando revise la ley de CO2 del sector el año que viene.