Tres meses después de la puesta en marcha del primer tren directo entre Dinamarca y China operado por DSV, la compañía danesa pone en marcha un tercero para dotar de capacidad de carga adicional a las cadenas de suministro del país nórdico.
“En la actual situación del mercado de transporte marítimo, el ferrocarril ha demostrado ser una alternativa sólida y eficiente tanto al buque como al avión. Es por eso que trabajamos constantemente para garantizar más capacidad y más soluciones de transporte en las vías para las entregas que necesitan volver desde China de manera rápida y eficiente”, afirma Tine Jorgensen, director general y responsable del transporte ferroviario de la empresa.
Para el gigante danés del transporte y la logística, el ferrocarril es una alternativa viable al transporte marítimo o aéreo. Los tiempos de tránsito desde una terminal situada en el norte o el centro de China a Europa oscila entre 11 y 15 días. El viaje de vuelta a China es un poco más largo, de entre 18 y 20 días.
La división ferroviaria de DSV ofrece servicios ferroviarios desde China a destinos de toda Europa. Desde mediados de febrero, eso incluye trenes dedicados, en los que DSV controla toda la carga.
Además del ferrocarril, el transporte por carretera desde China a Europa también es otra opción factible, recuerda el operador. La ruta rodada a través de Rusia (la frontera de Manchuria) sitúa los tiempos de tránsito de puerta a puerta entre los 18 y los 20 días.