Josep Maria Cruset se ha puesto a disposición del nuevo conseller de Territori de la Generalitat, Juli Fernández, para facilitar el traspaso de poderes en la presidencia de Port Tarragona. Su actitud es de “absoluta” disposición a posibilitar un traspaso “ordenado y coordinado”, sabedor de que su salida, que da por hecha, no tiene que ver con la gestión realizada, sino con su “compromiso” político, tras la renuncia de Junts per Catalunya a permanecer en el Govern. “A la presidencia de la autoridad portuaria se llega solo y se va solo”, ha dicho.
Preguntado sobre si le gustaría dejar resuelto el actual conflicto de la estiba que está impactando sobre los tráficos tarraconenses antes de dejar el cargo, Cruset ha asegurado que “hay negociaciones abiertas entre trabajadores y estibadoras y hemos vuelto a una cierta normalidad, hemos recuperado las escalas de buques que habían marchado a otros puertos, gracias al trabajo discreto del departamento comercial”. Sin embargo, “los tempos no son los mismos, mi relevo se producirá en pocos días y el acuerdo entre las partes llegará en cuestión de semanas”, ha añadido.
Cruset ha subrayado que, pese al conflicto de la estiba, “hemos descargado un millón de toneladas de cereal más que hace un año por estas fechas, a pesar de las tensiones que está generando el nuevo marco de relaciones laborales en la estiba”.
Cruset ha hecho balance este miércoles de su mandato en la presidencia de Port Tarragona. El todavía máximo responsable del segundo puerto más importante de Catalunya y quinto de España ha hablado del “momento estratégico” en el que llegó al puerto, en el año 2018, tomando el relevo de Josep Andreu, “un trabajo más de gestión que de hacer política”, después de dejar la alcaldía de Riudoms.
“Ha habido una transformación en el puerto de Tarragona, no solo física, de infraestructuras, de proyectos… sino también de mentalidad, de pensar grande para ser grande”
JOSEP MARIA CRUSET, PRESIDENTE DE PORT TARRAGONA
“Piensa en grande para ser grande”, así ha resumido Josep Maria Cruset el cambio de mentalidad que ha tratado de implementar en la infraestructura catalana en estos últimos cuatro años. “Ha habido una transformación en el puerto de Tarragona, no solo física, de infraestructuras, de proyectos… sino también de mentalidad, de pensar grande para ser grande”, ha remarcado. En este sentido, ha puesto como ejemplo los proyectos materializados en este tiempo, como la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), gracias al esfuerzo conjunto realizado por la autoridad portuaria y el Ajuntament de Vilaseca, cuyas obras comenzaron en 2021 y que en la actualidad se encuentran muy avanzadas.
También se ha referido a la terminal de Port Tarragona a Marchamalo (Guadalajara), cuya construcción avanza a buen ritmo, y a La Boella, que pasará de los 40.000 metros cuadrados actuales a 130.000, con capacidad para operar hasta 15 trenes diarios. Y ha anunciado la compra este mismo verano de casi 200.000 metros cuadrados de terrenos de la Universitat Laboral, que permitirán el crecimiento de la terminal ferroportuaria.
Cuatro años de crecimiento
Además, se está trabajando en los nuevos accesos ferroviarios del recinto portuario, con una nueva salida para el ferrocarril. Sobre el muelle de Balears y la nueva terminal de cruceros, Cruset ha destacado los 24.000 cruceristas que han pasado por Tarragona solo en el último mes.
Actualmente, Port Tarragona es el quinto puerto del Estado, muy cerca del puerto de Bilbao, cuarto. En 2018, el enclave ocupaba la séptima posición. Y el crecimiento de los tráficos de estos últimos años se ha producido, “sin poner en riesgo el balance económico de la autoridad portuaria”, ha enfatizado. Finalmente, se ha referido a la reserva solicitada por MSC para llevar a cabo 26 escalas (unos 50.000 cruceristas más) la temporada que viene en Port Tarragona.