La Comisión Europea ha presentado este miércoles la Estrategia de movilidad sostenible e inteligente, un plan de acción de 82 iniciativas que guiará el trabajo de las instituciones europeas durante los próximos cuatro años. El objetivo es que “el sistema de transporte de la UE lleve a cabo su transformación ecológica y digital y sea más resistente ante futuras crisis”.
Como se señala en el Acuerdo Verde Europeo, el resultado será una reducción del 90% de las emisiones para 2050. Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo del Acuerdo Verde Europeo, ha asegurado que “la estrategia actual cambiará la forma en que las personas y las mercancías se desplazan por Europa y facilitará la combinación de diferentes modos de transporte en un solo viaje”.
Según la comisaria de Transporte, Adina Vălean, “no hay tiempo que perder para ponerlo en forma para el futuro; tenemos que proporcionar a las empresas un camino claro para las inversiones verdes que tendrán que hacer en las próximas décadas. Mediante esta estrategia, crearemos un cambio irreversible hacia la movilidad de emisión cero, al tiempo que haremos que nuestro transporte sea más eficiente y resistente”.
El plan fija para 2030 que 30 millones de coches de cero emisiones circulen por las carreteras europeas, que un centenar de ciudades sean climáticamente neutras y que el tráfico ferroviario de alta velocidad se duplique en toda Europa. También que los buques de cero emisiones estén listos para el transporte marítimo.
Cinco años después, en 2035, los aviones comerciales de cero emisiones estarán en condiciones de operar en el mercado aéreo. En 2050, casi todos los coches, furgonetas, autobuses y vehículos pesados sean limpios, duplicando el tráfico de mercancías por ferrocarril a través de una red de transporte transeuropea multimodal (RTE-T) “plenamente operativa para un transporte sostenible e inteligente con conectividad de alta velocidad”.
La estrategia identifica un total de 82 iniciativas en 10 esferas de acción, cada una con medidas concretas. Para que el transporte sea sostenible, prevé la instalación de tres millones de puntos de carga pública para 2030. También contempla la fijación de un precio del carbono “justo y eficiente” en todo el transporte.
El plan se apoya en la innovación y la digitalización, “que darán forma al modo en que pasajeros y mercancías se mueven en el futuro si se dan las condiciones adecuadas”. La movilidad multimodal conectada y automatizada permitirá que las mercancías “cambien sin problemas de un modo de transporte a otro”.
Los estragos de la pandemia
La Comisión no olvida los estragos de la pandemia de covid, “por la que muchas empresas del sector están experimentando inmensas dificultades operativas y financieras”. Por ello, Bruselas se compromete a reforzar el mercado único, aplicando las inversiones necesarias para completar la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) en 2030. También se aumentarán las inversiones, tanto públicas como privadas, para apoyar la modernización de las flotas en todos los modos.
El transporte contribuye en torno al 5% al PIB de la UE y emplea a más de 10 millones de personas en Europa. Hoy en día, las emisiones del transporte representan alrededor de un cuarto del total de las emisiones de efecto invernadero de la UE.
“Este impulso para transformar el transporte llega en un momento en el que todo el sector se tambalea por el impacto del coronavirus. Con el aumento de la inversión pública y privada en la modernización y ecologización de flotas e infraestructuras, y con el refuerzo del mercado único, tenemos ahora una oportunidad histórica de hacer que el transporte europeo no solo sea más sostenible, sino también más competitivo a nivel mundial y más resistente a cualquier choque futuro”, señala el plan comunitario.
